• Al futuro primer ministro francés le parece un "retroceso" la reforma del aborto de Gallardón.
  • Valls no respetó la libertad de conciencia de los alcaldes que se negaban a oficiar bodas homosexuales. 
Como se sabe, el presidente francés, François Hollande, anunció ayer un cambio de Gobierno tras aceptar la dimisión de su primer ministro, Jean-Marc Ayraut, que será sustituido en el cargo por el hasta ahora ministro del Interior, Manuel Valls (en la imagen), al que también ha encargado la formación del nuevo Ejecutivo.

El anuncio de remodelación se ha producido veinticuatro horas después de las elecciones municipales del domingo, en las que, a la espera todavía del recuento definitivo, el Partido Socialista, en su mayor derrota electoral en unos comicios de este tipo desde 1983, ha perdido 151 ciudades, el centro derecha ha ganado en 142 y la extrema derecha en 11.

El jefe del Estado dijo haber entendido el "claro mensaje" enviado el domingo "por los que han votado y por los que se han abstenido", y lo resumió así: "Un cambio insuficiente, demasiada lentitud, poco empleo y poca justicia social, demasiados impuestos, poca eficacia en la acción pública y demasiadas dudas sobre cómo salir de esa situación".

Manuel Valls
es hijo de exiliado republicano español, nacido en Barcelona y uno de los políticos más valorados en las encuestas de opinión en Francia. Aunque ha sido polémica su mano dura a la hora de desmantelar los campamentos de gitanos.

En lo que respecta a los principios no negociables para la actuación coherente del cristiano en política, establecidos por el Papa Benedicto XVI -respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural; la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer; la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas- el ya primer ministro galo se aleja bastante, al menos de los dos primeros.

Por ejemplo, en una visita a España, Valls se refirió a las declaraciones de la ministra francesa Najat Vallaud-Belkacem que tachó de "retroceso" la reforma de la Ley del Aborto del Gobierno español que impulsa Alberto Ruiz Gallardón. Según Valls, dichas declaraciones reflejan la postura del Ejecutivo galo. "Es terrible ver que un país como España, que en los últimos años se había convertido en una pequeña referencia, en particular para los que luchan contra la violencia contra las mujeres ( ... ), se esté preparando para conocer un retroceso en el derecho a disponer del propio cuerpo", dijo Valls a varios medios franceses.

Por otra parte, tras la entrada en vigor de la Ley Taubira del matrimonio homosexual, han sido muchos los funcionarios que en razón de su conciencia se han negado a oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo. Pues bien: el ministro del Interior, Manuel Valls, reaccionó dictando una circular que obligaba a los funcionarios a celebrar esos enlaces so pena de fuertes multas. 

Es decir, es un hombre del Nuevo Orden Mundial, ese consenso actual -impulsado por organismos internacionales, etc- que no respeta la ley natural en las leyes positivas.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com