Con bastante mala leche, la titular de Fomento, Magdalena Alvarez puso de manifiesto las malas relaciones entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón. Álvarez se refería este martes a la necesidad de la coordinación entre las administraciones para que las infraestructuras respondan a un proyecto de cohesión territorial, evitando la creación de islas.

Eso sí, después de meterle una pulla a Espe por no haber planificado la llegada del metro hasta la T4. Ya saben, todos los males de la terminal de Barajas son de Aguirre; en cambio, los méritos no son suyos, ni tampoco de Cascos, sino que se debe de remontar a quien la planificó. ¡Tachán! Sí: Josep Borrell. Estos políticos son divertidísimos.

¿Qué tal va la relación con la presidenta de la Comunidad de Madrid? Le pregunta el moderador en plan retórico. Álvarez por supuesto responde que las relaciones son excelentes en lo personal más allá de las divergencias en determinados temas como la M50: Simplemente la Comunidad no tiene las competencias, apunta Álvarez.

Pero atentos al palo. Tenemos que trabajar el diálogo entre administraciones; yo la invité a comer con el alcalde, me parecía lógico, pero no quiso; no pasa nada, quedamos otro día y comimos después las dos solas. ¿No quería comer Aguirre con el alcalde?, le preguntan. Que cada cuál interprete lo que quiera, responde. Ahí queda eso.