Sr. Director:

Cada vez es más indignante el papel que ha desempeñado el Banco de España en la crisis financiera e inmobiliaria: su gobernador se ha dedicado durante su mandato a reclamar recortes laborales o exigir reducciones de salarios en vez de realizar su trabajo que es el de supervisar el sistema financiero.

 

Es escandaloso que tras la falta de control de las cajas de ahorros durante los últimos años ahora se diga que necesitan nuevas aportaciones de capital para sanear los balances: ¿es que la inspección no se percató de que se estaban asumiendo excesivos riesgos? Y si lo hizo entonces, ¿por qué no tomó medidas? ¿Y qué hace ahora?...

El señor Miguel Ángel Fernández Ordóñez se ha manifestado alguna vez poco partidario de las cajas de ahorro; hay quien dice que deben convertirse porque "en el extranjero no se entiende su estructura de propiedad". Yo creo que es otra cuestión la que no se entiende, ni fuera ni dentro de España: ¿cómo es posible que sigan al frente de unas entidades las mismas personas que las han llevado a la ruina. ¿Por qué el Estado español no exige antes de aportar fondos un relevo de los gestores?

Desde hace año y medio hay un proceso abierto para agrupar varias cajas que parece un culebrón sentimental. Desde entonces el importe de los fondos públicos que en teoría habría que aportar no ha hecho más que aumentar sin que en estas cajas haya habido asunción de responsabilidades. En este contexto, ¿sería presentable que los mismos directivos que concedieron unos préstamos sin garantías adecuadas pudieran más tarde declararlos fallidos?

¿Al final esta juerga la vamos a pagar los de siempre? No entiendo cómo el Banco de España puede, en apariencia, seguir siendo tan pasivo, tan tolerante. No entiendo que sea legal que el Gobierno de España pueda aportar capital del erario público renunciando a ejercer como accionista. Debería ser más responsable porque el dinero que administra es de los españoles de hoy y de los del futuro.

Juan Briongos