El obispo de Alcalá, Jesús Catalá, durante el funeral celebrado en Coslada (para nuestros lectores hispanoamericanos, población del extrarradio madrileño) por las víctimas del 11-M, tuvo las santas narices de recordarle a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ayer se celebraba la Jornada del Niño por Nacer y que "sólo en la Comunidad de Madrid se asesinaron cerca de 15.000 seres humanos por el aborto".

Homicidio es el del 11-M y homicidio es destripar al nonato dentro de ese proceso legalmente homicida que ha convertido a Madrid en la capital mundial del aborto. Hora es ya de que alguien se lo recordara a Esperanza Aguirre, una mujer que gusta repetir a los suyos aquello de que "con los principios no se transige". O sea, como quien dice...

En cualquier caso, hay que felicitar a monseñor Jesús Catalá. Al menos, sus palabras, hacen que no se olviden a las víctimas más débiles del terrorismo más sangriento (eso sí, muy civilizado): los abortados. Hemos llegado a un extremo en el que cualquier cosa es preferible al olvido. 

                                                Eulogio López