La espada requiere de las letras. Al menos eso es lo que ha debido pensar el titular de Defensa, José Antonio Alonso, para el nombramiento del Secretario General de Política de Defensa, Luis Manuel Cuesta Rivas. Un joven diplomático que ingresó en la carrera en 1993. Cuesta ha sido consejero de promoción cultural en la AECI, experto del programa de NNUU para el Desarrollo, consejero cultural y de cooperación de la embajada de España en Colombia y secretario de la embajada de España en Italia.

Un carrerón, hasta que Alonso se lo llevó el pasado mes de agosto como asesor para asuntos internacionales. Ahora, broche de oro : secretario general de política de defensa. Una carrera militar que no ha gustado nada a los ambientes castrenses que recelan de los civiles, pero máxime de quienes provienen de la carrera diplomática.