Una de las principales novedades del anteproyecto de reforma de la Ley del Tribunal Constitucional es que los tribunales superiores de justicia actuarían de Supremo en cada comunidad autónoma, descargando así al Supremo para que resolviera la mayoría de los recursos de amparo. De esta forma, se descargaría al Constitucional de mucho del trabajo que lastra sus resultados, permitiendo que se concentrara en los recursos y cuestiones de inconstitucionalidad así como en los conflictos de competencias.

Convertir los superiores de justicia en supremos es una reivindicación histórica de los nacionalismos asumida por el PSOE en sus promesas electorales. Pues bien: la realidad es que los superiores de justicia ya actúan de facto como supremos en muchos de los temas juzgados. Existen muchos temas que difícilmente pueden llegar al Supremo afirman a Hispanidad fuentes jurídicas.