Como estaba previsto, el Consejo de Ministros ha aprobado este viernes un proyecto de ley que convertirá a los Tribunales Superiores de Justicia en órganos judiciales supremos. Se trata de optimizar los recursos; no tiene sentido que haya unos superiores de Justicia con un caso o cinco al año, señala con toda razón De la Vega. Por su parte, el Supremo será descargado de trabajo y realizará labores de casación, liberando al Constitucional y convirtiéndose en órgano unificador de doctrina. Se trata de una redistribución para que las cosas funcionen mejor, más agilidad, más transparencia y más eficacia, concluye De la Vega.

La agilidad vendrá de la capacidad de los secretarios judiciales de dirigir el procedimiento, permitiendo que los jueces se concentren en su labor puramente jurisdiccional, no de gestión. La transparencia obedece a que los juicios serán grabados, algo que presumiblemente elevará la factura judicial, aunque De la Vega hay restado importancia al coste a pesar de no conocer el detalle de la memoria económica de la reforma.

No se crean 17 sistemas judiciales, sino un único sistema: el constitucional; además seguirá habiendo un Tribunal Supremo; y quien diga lo contrario miente, reta De la Vega, quien sin embargo, reconoce que esta reforma había sido pactada con los catalanistas y matiza que forma parte de las reivindicaciones del Estatuto catalán, pero también valenciano.

En relación al debate sobre la presencia del CGPJ en el Congreso, y las críticas de Hernando a la supervisión parlamentaria, De la Vega lo tiene claro : El CGPJ es un órgano político, no judicial, y en tanto órgano político deberá de ser controlado dando información al Congreso cuantas veces sea requerido para ello. Otra cosa es la realidad jurisdiccional, eso es sagrado y ahí no puede meterse ni el Parlamento ni el Congreso, pero el CGPJ es un órgano político