El resto de tertulianos de Onda Cero también se pronunciaban sobre la decisión de la Audiencia Nacional de dejar en prisión al etarra De Juana Chaos. A Carmen Gurruchaga le parecía una injusticia que un señor que ha decidido de motu proprio hacer una huelga de hambre, sea excarcelado. Perplejidad ante cómo funciona la justicia en este país. Gurruchaga contaba que el juez Guevara, el que promovió la decisión del pleno, no sabía cómo se había montado esa mesa de tres jueces ad hoc para enviarlo a su casa. Casualmente, era una mesa que coincidía con los deseos del fiscal general del estado y los del gobierno, que era la excarcelación. Recabó los votos de los demás magistrados y salió con aplastante mayoría el sentido común, la lógica y el sentido de la justicia. Ahora tenemos la amenaza de los malos y el triunfo del estado de derecho. Yo respiro tranquila

 

Nicolás Redondo abogaba por respetar la sentencia y por apoyar a los jueces que la han  adoptado. Hay que defender el estado de derecho y hay que defender a los jueces que han tomado esta decisión. Hay que hacer ese llamamiento a la clase política española. No se debe utilizar. No a la confrontación política en este caso. Y añadía Redondo, con gran clase humana por su parte:  Soy tan diferente a De Juana Chaos -que brindaba por los muertos- que no deseo su muerte. Para mí la decisión es un alivio en tanto en cuanto el estado de derecho funciona, pero mi posición personal es tan diferente a la suya, que me preocupa su situación.

 

José Oneto subrayaba que el de De Juana es un caso complicado. La opinión pública no puede creer que por 25 asesinatos sólo cumpla 18 años, que se le apliquen redenciones penitenciarias por hacer suflé en el choco de la cárcel, y que por dos artículos en el Gara se le condene a 12 años. Y añadía: El tema era tan escandaloso, que iba a crear un precedente que es una decisión llena de sentido común. Si De Juana Chaos hubiera tenido una enfermedad terminal o sida..., el problema es que su supuesta enfermedad es inducida por él mismo. 

 

Raúl del Pozo discrepaba de sus compañeros: La única justicia que es inapelable es la de Dios. Las decisiones de la Audiencia están sometidas a la coacción política, a la presión de la opinión pública. En cualquier caso, acatemos esta sentencia, cosa que no hacen los políticos. Y Raúl del Pozo añadía: Dice Mamen  que hay que respirar tranquilos, por la reciente sentencia contra Jarrai, por no excarcelar a De Jauan, pero si llega una nueva ofensiva de ETA, la gente debe estar apercibida. Y también acusaba a la derecha española: esta es la derecha de los años 50. La derecha española debe tener algo más de imaginación.