Así lo han señalado este miércoles: más tropas internacionales en Afganistán será igual a más atáudes. Se les entiende todo. Y algunos occidentales cobardones se echan para atrás. El propio Moratinos señalaba recientemente que España no es partidaria de incrementar la cifra de efectivos destinados en Afganistán, porque ya habíamos pagado un alto precio en términos de vidas humanas. Cierto. Pero no más caro que Estados Unidos o Gran Bretaña. Por otra parte, no está nada claro que no enviar más tropas sea equivalente a mayor seguridad o menor probabilidad de repatriar con 'pijama de madera'. Más bien al contrario. Los militares españoles destinados en la zona llevan meses advirtiendo de la necesidad de incrementar los efectivos si se quiere garantizar la seguridad.
Pero con dos cadáveres encima de la mesa, Moratinos pretende reorientar la actividad internacional de los EEUU. Dice ahora que lo importante no son más tropas, sino mejor orientadas, con las funciones más claras. Y esto es como cuando a un responsable público le cortan el presupuesto y dice que lo importante no es contar con más recursos, sino hacerlos trabajar con sinergias. A mal tiempo, buena cara.
