Así de claro se manifestaba el pasado 17 de septiembre de 1998 el PSOE con ocasión de la anterior tregua de ETA. Entonces, gobernaba el PP y los socialistas estaban en la oposición. Entonces, el PSOE se mostraba muy cauto, como ahora se muestra el PP. Recordaban los socialistas que ETA no había entregado las armas, que la tregua no era un abandono definitivo de la violencia. Además, señalaban entonces que no era la primera vez que ETA frustraba las expectativas. Y por si fuera poco, exigían el cumplimiento de la Ley. Lean, lean el comunicado que hacía público el entonces secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. ¡Ah! ¡Benditas hemerotecas!

ETA ha anunciado un cese temporal en su violencia terrorista. Su historia nos impide agradecerlo, aunque compartimos el alivio que hoy sienten los españoles. Siempre hay que alegrarse de que se renuncie a matar.

Pero ETA no ha renunciado a las armas. Ofrece una tregua indefinida y no el abandono definitivo de la violencia.

No es la primera vez que ETA, con un anuncio de tregua, genera expectativas que más pronto o más tarde se ven defraudadas. Por eso, su anuncio hemos de acogerlo con cautela y con prudencia.

Los socialistas no nos contentamos con la tregua, queremos la paz. Así lo venimos diciendo desde siempre, así lo venimos proclamando en los últimos meses. Y la paz supone el abandono definitivo de las armas.

Los socialistas, también, queremos construir un futuro para el País Vasco y para España basado en el respeto a la ley, la garantía de las libertades, la convivencia ordenada por la fuerza de los votos.

La iniciativa por la paz debemos protagonizarla los demócratas, en el marco que hemos acordado la mayoría de los vascos y del resto de los españoles. La Constitución y el Estatuto de Autonomía son, para nosotros, el marco en el que debemos buscar y construir nuestro futuro colectivo en paz y libertad. No pensamos renunciar a ellos porque sería traicionar nuestras convicciones más profundas y la voluntad reiteradamente manifestada por la mayoría de los españoles.

La fuerza de los demócratas ha crecido en los últimos años: la movilización que  han protagonizado los ciudadanos en el País Vasco y en toda España contra la violencia terrorista comienza a dar sus frutos y debe ser la mejor garantía de un futuro en paz para todos en el que la violencia y las armas nunca más puedan oírse.

Hoy queremos reiterar nuestro llamamiento a los ciudadanos para que, en el País Vasco y en toda España, sigan movilizados por la paz y por la defensa de las instituciones democráticas.

Y también volvemos a exigir al Gobierno que lidere una actitud unitaria de los demócratas que queremos defender la paz y el modelo de convivencia que todos establecimos en la Constitución y en las leyes.