Más allá de la preocupación que uno sienta por la crisis, la manifestación convocada el próximo sábado por UGT y Comisiones Obreras constituye en sí misma una inversión más que rentable para los trabajadores.

 

En plena recesión y con el paro en sus cotas más altas, ambos sindicatos pagarán dietas a quien se anime a viajar con ellos y se sume a la movilización obrera con independencia de que sean afiliados o no.

Según han confirmado a ABC fuentes del sindicato y participantes en la marcha, CC.OO. promete desembolsar 45 euros para gastos de comida de cada asistente que viaje en alguno de los autobuses fletados por esta organización, que hasta la fecha son nueve.

Desde el sindicato señalan que se sufragarán los gastos de manutención, como sucede con cualquier marcha de este tipo, que conlleve un desplazamiento a otra ciudad.

Desde UGT también garantizan que se pagará el almuerzo a quienes decidan sumarse a la delegación que parta el sábado desde Córdoba, que rondarán las 400 personas. Posiblemente viajarán en tren. Pero este extremo o el importe de la dieta tampoco están definidos, según indicaron desde esta organización.

La partida será a las seis de la mañana en el caso de CC.OO. desde la glorieta del antiguo Meliá y a las tres de la tarde ya se estaría de vuelta a la capital cordobesa.

Críticas a la patronal.

Los sindicatos no están escatimando esfuerzos ni recursos para convertir la marcha en una clara demostración de fuerza. Pretenden rebelarse así contra la grave situación que atraviesa la economía española.

CC.OO. y UGT ponen en la picota a los empresarios, a los que hacen responsables de la tormenta económica, y le piden que depongan su actitud, pero también al Gobierno, al que demandan medidas más ambiciosas para salir de la crisis.

La marcha en la capital madrileña cuenta con un manifiesto cuyo lema es «Que no se aprovechen de la crisis; el trabajo lo primero, por el diálogo social», donde enumeran hasta doce motivos para que los ciudadanos protesten.

Con anterioridad, patronal y sindicatos pusieron fin a las diferencias que les enfrentaron los últimos meses en materia de convenios colectivos. Los dirigentes sindicales acusaron a los empresarios de no aplicar la subida salarial pactada para 2009.

A. R. Vega