Sr. Director:
Tenemos en el colegio, donde ejerzo, unos renacuajos que viven felices nadando en el agua de su recipiente. Allí reciben unos ligeros polvos que les sirven de alimento y los renacuajos van creciendo poco a poco.

 

Los niños esperan ilusionados que pasen los días para verlos convertidos en ranas.

Si ahora matásemos intencionadamente a los renacuajos, a sus caras asombradas y a sus mentes dudosas podríamos plantear sabrosas preguntas: ¿Hemos matado renacuajos o ranas?

Unos dirían que renacuajos y otros dirían que ranas, pero en lo que todos estarían de acuerdo es en que habíamos matado seres vivos, vida animal, puesto que habían dejado de existir unos seres vivos que se alimentaban, se movían, crecían

También estoy segura, que tras una discusión, llegarían a deducir que habíamos matado renacuajos que pronto se convertirían en ranas y que por lo tanto habíamos privado de vida a unas futuras-próximas ranas.

Si plantease la pregunta ¿El que los ha matado ha hecho bien o mal?, la respuesta sería unánime: ¡maaaal!

Yo imagino el recipiente lleno de varios fetos-niño- (renacuajos), moviéndose felices por el agua (líquido ammiótico) y creciendo gracias al alimento  y al aire que recibe.

¡Con cuánta  admiración los mirarían nuestros niños esperando ver salir los brazos, las manos, los deditos, los pies y ver transformarse su enorme cabezota (como la de los renacuajos) en un rostro cada vez más perfilado!

¡Qué emoción sentirían cada mañana al descubrir el pequeño adelanto en su formación! ¡Cómo disfrutarían al ver cómo, sorprendidos y asustados ante un movimiento brusco del recipiente, se desplazaban por el líquido!

También puedo imaginar sus caras aterradas si al entrar en clase me encontraran matando a aquellos renacuajos-niños.

Si en esos momentos fuésemos capaces de dialogar, la pregunta sería:

-¿He matado un feto o un niño? Unos dirían: Un feto; otros: Un niño; otros: un feto-niño.

Todos estarían de acuerdo en que hemos matado a unos seres vivos, vida humana, porque había hecho que dejasen de existir seres que se alimentaban, crecían, se movían e iban a seguir progresando en su transformación.

Sé que para ellos habría muerto mucho más: la confianza en mí, su cariño, su alegría y habrían surgido la desconfianza, el miedo, la inquietud, la tristeza. ¿Cómo podrían confiar en mí? Ellos peligrarían bajo mi autoridad.

¿Por qué se está manipulando a los niños, adolescentes y jóvenes convirtiendo el sexo en un mero acto de placer que puede realizarse con cualquiera?

¿Por qué no les advierten de los riesgos: miedos, angustias, insatisfacciones, remordimientos, asco según con quién lo haya hecho, posibles embarazos y sus consecuencias: rechazo de la familia, preocupación por el futuro, toma de decisiones graves, interrupción de estudios?

¿Por qué algunas personas que optan por abortar no nos cuentan sus miedos, sus dudas, la vergüenza que han sentido al confesar a su futuro marido que ha pasado por uno o dos abortos, o el remordimiento de no habérselo dicho?

Nosotros seguiremos observando a los renacuajos, esperando el momento en que las aletas se transformen en patas y podamos decir:

- Vamos a cambiarles el nombre: ahora ya son Ranas.

Exactamente ocurre en el plano humano. Es un cambio de nombre únicamente:

-Desde hoy se llamará feto; desde hoy se llamará niño; desde hoy se llamará adolescente; desde hoy se llamará joven; desde hoy se llamará hombre; desde hoy se llamará hombre maduro; desde hoy se llamará anciano.

En cada momento de su vida necesita un medio diferente para desarrollarse: la protección del vientre de la madre donde está libre de peligros ¿?; los cuidados constantes de los padres sin los cuales moriría; el contacto con otros niños donde pueda desarrollarse como persona; el colegio donde se enriquecerá en todos los aspectos; la adolescencia con lo que representan los amigos y la conquista de la independencia; la juventud donde necesitará trabajar, estudiar, enamorarse; la madurez con sus responsabilidades y alegrías familiares; la vejez rodeado de cariño y cuidado de los que él cuidó o pensando que ya ha vivido bastante porque se siente solo, triste, enfermo, abandonado, quizás sin dinerosin memoriasin movimiento

¿Habrá llegado la hora de abortar al anciano porque coarta nuestra libertad y ¡total! Él no se va a enterarlo mismo que el feto.

Aurora Usero Alijarde