Los promotores de construcción atraviesan un pésimo momento con sus ofertas en costa. El mercado de vivienda de playa, principalmente dirigido a extranjeros, está de capa caída por dos razones: el abuso de una oferta que construye donde encuentra suelo y no donde desea el cliente y el caso Marbella, cuyo escándalo ha paralizado muchas construcciones. Es así, como en el seno de la madrileña Asprima una de las más activas en construcción en la costa- incluso se empieza a hablar de cierre patronal ante la caída de ventas. Por ahora no dejan de ser conversaciones de salón pero lo cierto es que las ventas han caído en picado, con un problema añadido : según la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) se aproxima al medio millón el número de inmigrantes que trabaja en la construcción costera. Una pérdida de empleo de esta dimensión tendría unas consecuencias tan trágicas como obvias.

Considerando la crisis de las promociones de playa es como hay que interpretar la presunta ralentización del coste de la vivienda nueva. Dicho de otra forma, los promotores son mucho menos optimistas que el Gobierno Zapatero y consideran que la vivienda en ciudad no está bajando de precio ni ralentizando su crecimiento. Si las cifras globales aseguran que el precio de la vivienda nueva no crece al 17% sino al 12% es por la paralización de la vivienda en costa. Pero eso no es una buena noticia.