El Príncipe Felipe ha declinado la invitación realizada por el presidente colombiano, Álvaro Uribe, para asistir al II Congreso Mundial de Víctimas del Terrorismo, que se celebrará los próximos 22 y 23 de febrero en la Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá. 

"Le agradezco a Vuestra Excelencia la deferencia de invitarnos a este acto que mucho valoramos y apreciamos, si bien lamentándolo mucho, no nos va a resultar posible viajar a Colombia, en esas fechas, ya que coincide con un viaje oficial fuera de España". Estas han sido las educadas palabras por las que don Felipe declinaba la, asimismo educada, invitación de Uribe: "Sería un gran  honor para mi país y para mi, que vuestra alteza real en compañía de su alteza doña Letizia, Princesa de Asturias, aceptara la invitación que me permito formularle para intervenir en el acto de inauguración del evento". 

Curiosamente, sí que acudirá al encuentro el ex presidente del Gobierno, José María Aznar. La razón de la pasividad real se encuentra en la apuesta gubernamental por la Asociación de Afectados del 11-M frente a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que fue quien organizó el I Congreso Mundial, celebrado en la Universidad San Pablo CEU. O sea, que de nuevo, el terrorismo vuelve a convertirse en arma de confrontación política. ¿Qué tiene que hacer don Felipe más importante que estar cerca de las víctimas y acudir al II Congreso Mundial de Víctimas del Terrorismo?