Me temo que la afirmación puede ampliarse a otros muchos políticos ajenos a la comunidad foral pero lo cierto es que Navarra Confidencial sólo me ofrece a la gente de Osasuna.

O mejor, la visión que los hombres públicos navarros tienen del Creador.

Visiones poco originales, incluido lo más importante que tiene que decirle al Padre Eterno el pepero Jaime Ignacio del Burgo, quien recuerda al fariseo del empleo: lo mal que lo pasó en el presunto escándalo FASA, sin duda lo más interesante que decirle al Creador: no soy como ese publicano, observa lo que he sufrido por el caso FASA. Lo demás, soserías.

Bueno, no del todo. Ojo al dato: el socialista Javier Otano, quien preguntado sobre lo que le diría a Dios, comienza blasfemando y asegura que le llamaría sinvergüenza. Mira Otanito bonito, si el Creador, o el último de sus servidores, se te aparece, no te atreverías a llamarle sinvergüenza porque, salvo gracia especial recibida, te lo harías en los pantalones (no se alarmen, ya se sabe que con los blasfemos hay que ser un poco descarado).

¿Y saben por qué Otano, con dos bemoles, le llamaría sinvergüenza, a Dios, a pesar de que no creen en Él? Pues por plantear un mundo donde unos tenemos tanto y otros tan poco: Que no puede ser que exista un Dios que permita que unos pocos disfruten mucho y otros muchísimos sufran tanto. No puede ser. Lo cual es muy cierto, de hecho, como derivada del caso Luis Roldán, a Javier Otano y su señora se les descubrió una cuenta en Suiza asaz sospechosa. Pero está claro que la culpa la tiene Dios, pues, ¿por qué el omnipotente no impidió que Otano metiera  -presuntamente, of course- la mano en la caja? El culpable no es Otano, es Cristo.

Y menos que mal que don Javier no cree en Dios, porque, para no creer, se muestra muy elocuente. Así, el ex presidente de la Comunidad Foral en 1995-96, asegura que para que uno pueda ser respetado hay que respetar y ser tolerante y amar la libertad, y la libertad se ama siendo tolerante. De esto se deriva que se debe establecer -en condiciones de igualdad, naturalmente- un diálogo, abierto y tolerante, entre el hombre y el Creador, a través del cual se llegue a un consenso sobre la naturaleza y la moral, sobre lo que es bueno y es malo. Por ejemplo, el menor rasgo de tolerancia que cabe esperar de Dios es que acepte la modernización realizada por el jefe de Otano, Rodríguez Zapatero, sobre el caduco aforismo evangélico de la verdad os hará libres, sustancialmente modificado por ZP hacia una mucho más progresista la libertad os hará verdaderos. Y tolerante, añadiría el metafísico Otano.

Y lo dijo el gran Goscinny en Astérix: Esto de que los dioses se comporten como si fuesen amos tiene que acabarse. Está claro, si Dios quiere que se le respete debe ser más tolerante. Pero claro, con actitudes tan fascistas como las del Creador, encima no puedes exigir respeto, no señor.

Y todo esto es bello e instructivo porque demuestra que hasta un cantamañanas del calibre de Otano puede llegar a presidir el Gobierno de Navarra y, lo que resulta aún más asombroso, la Comunidad Foral continúe en pié. Gente recia, la foral, que rezan a un Dios extraordinariamente paciente con sus políticos.

En cualquier caso, la otanitis, o sistema de pensamiento invertido, en el que es el Creador quien rinde cuentas a la criatura anda muy extendido por el mundo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com