Los periódicos españoles se mantienen. Incluso los de tirada nacional aumentan levemente su difusión, pero lo hacen a costa de regalos, siempre muy costosos. Libros, discos, películas y coleccionables de todo tipo han servido para mantener la difusión, en un estilo de gestión que supone pan para hoy y hambre para mañana. La prensa regional, local y, sobre todo, la prensa gratuita y la prensa electrónica preocupan a los grandes editores.

 

En los países en desarrollo, por ejemplo en Iberoamérica, lo peor es que el grueso de la ciudadanía ha pasado de la prensa de pago a la televisión como único soporte informativo.