Sr. Director:

Sigo con interés la puesta en marcha de la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía que se incluye dentro de la nueva Ley de Educación. Como padre, quiero estar informado y escribo estas líneas para manifestar mi satisfacción por el enfoque que la futura asignatura parece que va a tener. Le comento algunos puntos positivos, especialmente porque nos descarga de trabajo a los padres:

- Reconocer la diversidad afectivo sexual que permita superar los comportamientos sexistas y favorecer una actitud contraria a los prejuicios de cualquier tipo y a los estereotipos sexistas. Es fantástico que los padres pongamos en manos de terceros (en este caso los profesores) el marco conceptual que deben tener nuestros hijos en materia sexual, aunque cuestione fundamentos o creencias que nosotros erróneamente propugnemos y que han marcado las formas de vida social en el mundo libre y desarrollado.

- Desarrollar en los niños y niñas sus capacidades afectivas y de relación con los demás en todos los ámbitos de la personalidad. Creo que se acierta plenamente al entrar en el ámbito de competencia que, hasta ahora, era exclusivo de los padres en lo que se refiere a la formación de la personalidad de nuestros hijos en planos como el sexual, emocional, espiritual o religioso.

Por la necesidad de ser breve, sólo incluyo los 2 aspectos anteriores, pero hay muchos más (intentaré comentarlos en próximas misivas). Claramente es necesario que los padres nos retiremos para dar paso al Estado en la necesaria uniformización de los futuros ciudadanos, fabricando sujetos políticos manipulables y dóciles al poder.

Pedro Chouciño Iglesias

pchoucino@prodigios.com