Los obispos mexicanos han dirigido una carta al presidente Vicente Fox pidiéndole que no apoye la clonación terapéutica, ni la reproductiva, naturalmente. Otros Obispados podían tomar ejemplo.

Sr. Vicente Fox Quezada, Presidente de México

La Iglesia católica reconoce la bondad, legitimidad y autonomía de la investigación.

La Iglesia católica, que es experta en humanidad, defiende la vida humana, -desde su concepción, hasta la muerte natural- sin ningún fin político, económico o científico, porque todo hombre o mujer, en cualquier etapa de su desarrollo, es imagen del Creador, dotado de inteligencia, voluntad, libertad y con capacidad y vocación de trascender.

La clonación humana, como posibilidad científica y técnica que puede traer ventajas en el nivel médico, presenta también el grave riesgo de manipulación de personas vivas y, eventualmente, su misma desaparición (homicidio) una vez cumplidos ciertos fines científicos y médicos. No es moral pretender mejorar la calidad de vida de algunos a costa de la manipulación y muerte de otros. El juicio recto de hombres y mujeres de buena voluntad dice que jamás es justificado el homicidio.

En estos días en que México debe votar en favor o en contra de la clonación en el foro de las Naciones Unidas, los Obispos mexicanos, respetuosamente lo exhortamos, Sr. Presidente, para actuar con toda responsabilidad y apego a nuestras tradiciones y valores, rechazando la clonación humana en todas sus formas y propósitos. Los Obispos de México hacemos nuestra la postura de Juan Pablo II pronunciándonos en favor de la vida. La Iglesia apoya la investigación sobre las células-cepa de origen postnatal, pero no la que se realiza gracias a la clonación de embriones humanos.

La vida humana es un valor y nos sentimos llamados a defenderla y promoverla, así como también el desarrollo científico y los avances médicos, pero en el orden de los fines y prioridades de ésta -en cualquier fase de su desarrollo-, por eso, la vida humana no debe estar sujeta a negociación. El voto de México ante las Naciones Unidas debe ser coherente con esta tradición y valores que tienen su sustento en la naturaleza humana y no en el vaivén de los consensos. México juega un papel importante en el orden internacional y puede crecer su influencia cada vez que se pronuncie en favor de la vida acorde a la orientación humanista de nuestro actual Gobierno.

Obispos de México y de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar:

José Guadalupe Martín Rábago, Obispo de León, Presidente de la CEM

Carlos Aguiar Retes, Obispo de Texcoco, Secretario General de la CEM 

Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de Matehuala, Presidente Com. Episc. Past. Familiar

Francisco Javier Chavolla Ramos, Obispo de Toluca. Encargado del Depto. de Vida

Jonás Guerrero Corona, Obispo Auxiliar de México, Vocal de la Com. Episc. Past. Familiar

Carlos Garfias Merlos, Obispo de Netzahualcoyotl, Vocal de la Com. Episc. Pastoral Familiar.