- "Nosotros queremos ver la realidad con los ojos de Dios, desde el lado de los pobres, como nos pide también el Papa Francisco", afirman.
- Los prelados manifiestan su "gran preocupación por el aumento progresivo de la desigualdad, por la reducción de los servicios sociales, por las dificultades para acceder a la vivienda, por la bajada en el nivel medio de la renta, por el índice creciente de la pobreza infantil".
- E invitan a generar espacios de esperanza mediante "gestos sencillos y cotidianos de solidaridad ante las necesidades de los hermanos" como cambiar "nuestros hábitos alimentarios evitando el desperdicio de alimentos".
Según los obispos españoles, la fiesta del Corpus Christi nos invita a entrar en el misterio de la Eucaristía, "sacramento del amor" que "aviva en nosotros la conciencia de que donde hay amor brilla también la esperanza, pues allí donde el ser humano se siente amado, experimenta la salvación de Dios y descubre que es posible la esperanza".
Los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social invitan "a todos los cristianos, y de manera especial a cuantos trabajáis en la acción caritativa y social, a abrir los ojos al sufrimiento de nuestros hermanos más pobres, a escuchar el clamor de los pueblos que padecen hambre y a construir juntos espacios de esperanza".
"La caridad comienza por abrir los ojos a la realidad, pero la realidad se puede mirar y valorar de diferentes maneras. Podemos ver la realidad desde el beneficio de las grandes empresas, desde el fluir de los préstamos bancarios, desde los intereses del mercado, desde la reducción del déficit y los resultados macroeconómicos o podemos leer la realidad desde el número de los parados, desde los desechados por el sistema, desde las rentas mínimas, desde los índices de pobreza, desde los recortes de los derechos sociales", afirman los prelados.
Y prosiguen: "Nosotros queremos ver la realidad con los ojos de Dios, desde el lado de los pobres, como nos pide también el Papa Francisco". En ese sentido, señalan algunos indicadores verdaderamente preocupantes, como que "tras más de seis años de crisis, las personas que no padecen ningún tipo de exclusión social se han convertido en una estricta minoría".
"Los datos más recientes de algunos estudios sociales y la experiencia de nuestras Cáritas, nos hacen sentir una gran preocupación por el aumento progresivo de la desigualdad, por la reducción de los servicios sociales, por las dificultades para acceder a la vivienda, por la bajada en el nivel medio de la renta, por el índice creciente de la pobreza infantil", afirman.
"No podemos olvidar -recuerdan- que, según la FAO, hay más de 845 millones de personas con hambre crónica en el mundo, lo que constituye un verdadero motivo de escándalo, pues sabemos que existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta, problema que se agrava con la práctica generalizada del derroche y el desperdicio de alimentos".
Los obispos invitan también a generar espacios de esperanza en medio de una sociedad asfixiada por la crisis, lo cual se consigue "cuando respondemos con gestos sencillos y cotidianos de solidaridad ante las necesidades de los hermanos y cambiamos nuestros hábitos alimentarios evitando el desperdicio de alimentos".
Los prelados españoles invitan también a reconocer "la función social de la propiedad, el destino universal de los bienes y defendemos los derechos de los más pobres aún a costa de renunciar los más favorecidos a algunos de sus derechos". Igualmente, a crear "una nueva mentalidad que nos lleva a pensar en términos de comunidad y a dar prioridad a la vida de todos sobre la apropiación indebida de los bienes por parte de algunos"; y a contribuir "a una economía al servicio del ser humano, no del dinero y el mercado, y rechazamos y denunciamos la economía de la exclusión y del descarte que mata".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
