En Hispanidad les hemos venido contando la legalización de facto que se ha llevado a cabo desde la Corte Suprema. Era ilegal y los colombianos lo rechazaron democráticamente a través de su constitución. La vía parlamentaria se antojaba larga y dificultosa, puesto que el rechazo social del asesinato se expresaba a través de las urnas. Así que se ha introducido el aborto desde una instancia a la que los ciudadanos no alcanzan democráticamente, la Corte Suprema, el máximo órgano de la justicia colombiana. La conferencia episcopal de aquel país ya se ha manifestado en contra, como explica Zenit.