El Consejo General del Notariado está en campaña y en batalla. En campaña para lograr que el derecho de todo ciudadano a elegir notario, algo que, aunque parezca evidente, no lo s tanto. En teoría, cualquier ciudadano puede ir al notario que le venga en gana, pero lo cierto es que a la hora de firmar una hipoteca, uno de los negocios más lucrativos para los notarios, el prestatario acaba yendo al notario que le indica su banco o caja de ahorros.

La batalla más dura se da, naturalmente, entre notarios. Los hay que ya están adscritos a un entidad financiera y pueden echarse a dormir, mientras otros tiene que ganarse al cliente. Por eso, el Consejo del Notariado, tras no pocas tensiones internas, ha lanzado una campaña con el siguiente mensaje: Si usted va a comprar un piso, contratar una hipoteca o firmar cualquier otra escritura Tiene derecho a elegir notario. Insisto, para que quede claro, que las resistencias a la libre elección de notario son internas, no externas. Los folletos de la campaña acompañan un prospecto donde un particular puede enviar al Colegio Notarial de la zona, simplemente para aclarar al notario que ha decidido elegir para la firma de su escritura. El prestatario, no el banco.

Y si a esta campaña se uniera una política de tarifas que en nada dependieran del dinero que se pone en juego en el acto notarial entonces las columnas de la civilización caerían ante tanto liberalismo.