En alguna ocasión se ha publicado la noticia, que causa horror y estremece las fibras más íntimas de nuestro ser, el hallazgo de un niño de pocas horas de vida abandonado.

No es imaginable la actitud de fiera de la madre que lo abandonó. Pero puestos a buscar causas, una destacaría con fuerza sobre las demás: la que mira a la educación de esa madre en los valores humanos y cívicos, que vivimos en toda sociedad civilizada.

Por ello, cuando se socavan los fundamentos de la convivencia surge un egoísmo feroz, hedonista, materialista y se desprecian las normas morales, se está contribuyendo a que abunden estos casos infrahumanos y sangrientos.

Una criatura con escasamente dos semanas de existencia fue descubierta en el portal de una vivienda, se trata de una chiquilla que se encontraba en buen estado de lozanía. Por otra parte, los asalariados de un centro de tratamiento de basura, atónitos, identificaron a un recién nacido, que la correa arrastraba.

No caben inhibiciones mientras no se ponga límite a la acción deformadora del primer medio hipnótico de comunicación de masas, mientras la gran ventana lívida, la televisión, suplante a los padres, no podremos extrañarnos de que el cubo de la basura sea la cuna más apropiada para un recién nacido.

Clemente Ferrer Roselló

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