Sr. Director:
El diario The Economist pone, junto a Rubalcaba y a Chacón, a Eduardo Madina como posible sucesor de Zapatero.

 

Este joven diputado, de imagen moderna y simpática, y al que los miserables de la ETA le arrebataron una pierna en un atentado, esconde unas formas sectarias. Negó haber llamado asesino a Trillo en el Congreso, añadiendo que procuraba no caer en descalificaciones de este estilo. Mintió, puesto que en Youtube podemos ver un vídeo suyo calificando a Bush de lo mismo. Dijo de la detención de la etarra que le puso la bomba que su cara no le sugiere nada, pero de una foto de Acebes afirmó que tenía una postura de cura franquista cargado de odio y rencor y predisposición al permanente vómito. ¿No les molesta la foto? A mí sí., recalca.

¿Equidistancia le llaman? Quizá sea eso. Y es que ser víctima no te limpia automáticamente del sectarismo.

Raquel Alonso Hernández