El estatuto de Cataluña hunde la popularidad de Zapatero y divide al PSOE en su raíz: Felipe González apoya a Bono en su pulso con el presidente del Gobierno. El abrazo del moro : según una encuesta de El Mundo, el PP supera por vez primera al PSOE. Interior contratará camiones cisterna antidisturbios para Ceuta y Melilla. Alemania acusa a Zapatero de provocar un efecto llamada con la regularización masiva de inmigrantes

El ambiente castrense está encendido. No hay ruido de sables, como dice Bono, porque no hay una amenaza antidemocrática. Pero se observa una enorme preocupación por el riesgo de ruptura de España que podría suponer el Estatut catalán. El jefe del JEMAD, Felix Sanz Roldán, ya señaló en público que el Ejército está muy preocupado por la unidad nacional.

Pues bien, en los ambientes castrenses se piensa que el Rey ha mantenido un silencio cómplice en toda la cocina estatutaria. Y en el acto con sus compañeros de promoción del pasado sábado 1 de octubre, había muchas ganas de montarle un número al jefe del Estado, llamándole de vendepatrias para arriba. El asunto se paró convenientemente. Es de suponer que las palabras de Juan Carlos I sobre la defensa de la indisoluble unidad de España garantizada en la Constitución calmarían algo más los ánimos. Pero cabreo, haberlo, haylo.

El incidente regio evitado tiene el mismo origen que la baja popularidad por la que atraviesa Zapatero a cuenta del Estatuto catalán y del problema de Ceuta y Melilla.

El diario El Mundo ha sorprendido al país con una encuesta en la que, por vez primera desde el 11-M, o incluso del 14-M, la intención de voto del partido Popular supera a la del PSOE. El Estatuto catalán ha sido el detonante de la situación, dado que los sucesos de Ceuta y Melilla no son recogidos en el estudio de opinión, obra de Sigma Dos, otorga al PP el 40,6% de los votos, frente al 40,1% de los socialistas. Recordemos que en las elecciones generales del 14-M de 2004, el PSOE obtuvo un 42,6% frente al 37,6 % del PP.

La encuesta es mala, con 1.000 entrevistas, la victoria mínima, y las alianzas tejidas por Zapatero con Izquierda Unida y los nacionalistas, le permitirían seguir en Moncloa. Sin embargo, por vez primera, una encuesta habla de vuelco, que no es poco, mientras las otras tres (El País, La Vanguardia y El Periódico) mantienen al PSOE por delante del PP en dos puntos. En cualquier caso, hablamos de una tendencia, dado que las encuestas han dado, desde las últimas elecciones generales, una victoria holgada de los socialistas, siempre 5 o 6 puntos (la ventaja ha llegado a ser de ocho puntos) sobre el PP.

En cualquier caso, hay consenso sobre las razones de este acercamiento en la intención de voto : pocos lo fían a los méritos del PP sino a los de méritos del PSOE, y en especial al Estatuto catalán, que muy pocos son capaces de tragara fuera de Cataluña.

En Ferraz consideran que lo del Estatuto será olvidado y que, mostrándose duros con los catalanes en la negociación parlamentaria, todo quedará en aguas de borrajas.

Y tanto como el Estatuto despreocupa Ceuta y Melilla. Las fotos de negros esposados, hacinados en un autobús se quedan en las retinas de muchos. El Gobierno ha vendido la bondad del régimen de Rabat a la hora de colaborar con España en la conexión de la inmigración ilegal y en el trato humanitario, es decir, humano, que los inmigrantes merecen. Y ahora resulta que esas alabanzas al buen hacer alauí se han quedado en las imágenes con las que nos regala la prensa española de cualquier tendencia: pobres miserables conducidos como ganado, esposados por las fuerzas de seguridad marroquíes. Porque burradas del calibre de abandonar a seres humanos en el desierto sin agua ni medios para sobrevivir, no logran detenerlas ni todo el grupo PRISA en acción. Ni la televisión pública. Es más, la gente de Polanco y Cebrián andan en la misma dirección que el resto de los medios escritos y audiovisuales. Los españoles están poniendo en entredicho la política migratoria de Zapatero (que ha sido un poco más acogedora que la del PP), mientras desde Alemania ayudan: dicen que las regularizaciones masivas producen el efecto llamada (lo ha dicho el ministro del Interior Otto Echily), y esto presagia que la salvación de Zapatero para controlar la inmigración el apoyo de Bruselas- parece difícil ya antes de empezar a negociar.

Dicho de otra forma, Alemania, líder europeo, no parece dispuesta a apoyar a España, pues considera a Zapatero responsable del efecto llamada, con su política de regularización.

Pero hay más: según ha podido saber Hispanidad de fuentes de toda solvencia, dentro de las labores de refuerzo de las fronteras de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, el Ministerio del Interior tiene previsto adquirir dos camiones cisternas antidisturbios para repeler las avalanchas de inmigrantes sobre el territorio español. De esta forma se compagina la firmeza en la represión de la inmigración ilegal con la garantía del respeto a la integridad de los inmigrantes. Dos objetivos que según el ministro del Interior, José Antonio Alonso- no son tan fáciles de compatibilizar.

Alonso está muy preocupado con que Melilla pudiera resucitar de nuevo el espíritu del caso Roquetas. Por eso anuncia que los protocolos de actuación se van a respetar. Y aunque adelanta que se realizará una investigación rápida, transparente, imparcial y sin ningún prejuicio para conocer los extremos de las muertes ocurridas en la frontera, muestra su reconocimiento a tarea de la Guardia Civil. Una labor extraordinariamente dura en situaciones difíciles y desarrollada con gran profesionalidad, apunta el ministro.

Y hay un último problema añadido : el Estatuto y la situación de Ceuta y Melilla han provocado una fractura interna en el PSOE. Fuentes socialistas sospechan que pueden llegar al centenar los diputados del partido que se niegan a sancionar un estatuto en sus actuales términos. La oposición está en los diputados, pero también en el gabinete. En pleno día de Consejo de Ministros (viernes 7), José Bono se marchó a Jaca para presentar un libro junto a Felipe González. Y el ex presidente no tiene el menor problema en recordar, sin citar nombres, que hay dos cuestiones que hacen fuerte a los países: la política exterior y de seguridad, y la política territorial. Es decir, Ceuta y melilla y el Estatuto catalán, por si no había quedado claro. Dicho de otra forma, a González no le gusta cómo está llevando las cosas su sucesor en Moncloa.

Aunque ya lo decía Juan Varela: Toda la ciencia de quienes nos gobiernan se reduce a mantenerse en el poder frente al pataleo desesperado de los que ya mandaron y quieren volver a mandar.