El Papa Juan Pablo II ha cometido una serie de errores teológicos de una cierta enjundia, lo que ha obligado al ministro de Defensa del Gobierno Zapatero, don José Bono Martínez, a realizar una serie de precisiones doctrinales que eviten innecesarias conclusiones entre los cristianos.

El Papa afirma que el laicismo del Gobierno Zapatero está promoviendo el desprecio a la Religión Católica. Cualquiera que vea las series de Televisión Española, las ruedas de prensa de Teresa Fernández de la Vega o el Boletín Oficial del Estado, diría que el Pontífice polaco se ha quedado un poco corto, pero, al parecer, no. Bono nos lo explica, escuchémosle: La fe no pertenece al Estado, sino a las personas. Se diría que eso era justamente lo que pretendía  decir el Papa. Estoy convencido de que Wojtyla considera que, en efecto, la fe no pertenece al Estado. Tampoco exactamente a las personas, pero, desde luego, no al Estado.

El padre Bono, católico confeso, como gusta definirse, aunque no sabemos si confesado, y ante tanto desbarre vaticano, está a punto de lanzar, precisamente en el BOE, los diez mandamientos de Bono, porque los mandamientos, como todo en esta vida, debe adaptarse a los tiempos, bajo la paternal admonición de que algunos jerarcas de la Iglesia Católica deberían pensar que sus actitudes excesivamente antiguas hacen que la gente se aleje.

Para ello, el padre Bono ha instaurado nuevos mandamientos. A saber:

1. Honrarás a Bono sobre todas las cosas. También es lícito adorarle, aunque no obligatorio porque él es partidario de la igualdad entre todos los seres humanos, aunque esto no sea incompatible con el debido respeto a las instituciones.

2. No tomarás el nombre de Bono en vano, ni le zarandearás cuando acuda a una manifestación por causa noble. Bueno si acude, es que se trata de una causa noble.

3. El tercer precepto no es necesario : Bono está santificado por el Gobierno de Castilla-La Mancha, en versión pronunciamiento popular y entusiasta.

4. Honrarás a padres y madres, independientemente de su opción sexual, y así tengas dos padres, dos madres, una madre con muchos padres (la opción un  padre con muchas madres aún no está clara. Pero se trata de pulir el asunto con mucho talante).

5. No matarás, aunque queda excluido en este mandato el aborto. Ya lo ha dicho don José: no está de acuerdo con el Papa en esto del aborto, así que el Papa deberá cambiar de opinión.

6. No cometerás actos impuros ni, en general, actos heterosexuales, que son los más impuros de todos. Es más, fornicar comienza a ser una vulgaridad: se impone el tomar por el ano, que no es algo impuro sino una libre opción. Bono ya ha explicado que no cree que los gays se condenen. Como no ha dicho nada de los no gays, entendemos que alberga dudas sobre su futuro.

7. No robarás. Como deferencia a Felipe González, este mandamiento queda suprimido temporalmente, al menos hasta que una Comisión de Sabios creada al efecto no analice en profundidad, desde las más diversas tendencias ideológicas, qué se entiende por robar, concepto siempre equívoco para una mentalidad progresista.

8. No dirás falsos testimonios ni mentirás, al menos con mentiras que puedan ser demostradas por la oposición política o la prensa insumisa.

9. No consentirás pensamientos impuros sobre el Gobierno o deseos de derribar al actual Ejecutivo (otra cosa sería al actual presidente). El ayudante de Bono, el asimismo reputado teólogo Pepiño Blanco, ya ha dicho que la crispación reinante en España se debe a los deseos de la derecha reaccionaria de derribar al Gobierno socialista. Y esos deseos deben ser controlados.

10. No codiciarás los cargos ajenos. Y si se codician, han de hacerse de uno en uno, y a ser posible en periodo de interregno parlamentario.

Esos son los mandamientos de Bono, los únicos que, como el propio ministro acaba de declarar, posibilitarán que la gente no se aleje de la Iglesia. Seamos claros, queridos amigos, don José se lo ha advertido claramente al Papa: o cambia el Catecismo o estamos ante el final de la Iglesia. Ya saben, no hay que cambiar por razones nobles, sino por alguna otra razón, por ejemplo para mantenerse en el poder.

Suprimamos el colegio cardenalicio y los cónclaves, y elijamos, por aclamación, a José Bono nuevo pontífice de la Iglesia. Seguramente es un cargo compatible con el de ministro de Defensa.

Eulogio López