Con la vuelta al cole, los reportajes sobre la cuesta de septiembre son obligatorios. Y entre esta cuesta se encuentran los libros de texto. Habida cuenta del escaso valor que los españoles damos al libro, este suele ser un capítulo especialmente sensible. Y siempre aparece una asociación de padres que exige que los libros de texto sean sufragados por la administración educativa para que la educación sea efectivamente gratuita.

Pues bien, antes de la herida, la asociación de editores de libros de texto se pone la venda. Aseguran que el precio de los libros de texto sube tan sólo un 3,9%, es decir, muy cerca del IPC real, que se sitúa en el 4%. Y eso a pesar de los cambios legislativos que han obligado a cambiar los contenidos en 12 de los últimos 15 años, afirma la patronal. ¿No será que los libreros cambian los contenidos para evitar la validez del texto año siguiente? Porque pocos heredan ya la ropa de sus hermanos mayores; pero el libro de texto es lo primero heredable. Para quien tenga hermanos, claro

Además, los libreros lamentan que los españoles compraran el año pasado 51 millones de libros de texto, 3 menos que el año anterior. Recuerdan que el material complementario incrementan sus ventas en un 21% y que los 698,84 millones de facturación se encuentran muy por debajo de los juguetes, videojuegos o material deportivo. O sea, menos lloros. O así.