No hay que ser un estadista erudito en politología o bien un analista mediático de primera línea, para vislumbrar el presuroso y corrosivo deterioro e inevitable caída del imperio Kakista.Su Real Bajeza pretende demostrar un poder que realmente ya no tiene en absoluto y a pesar de su vanidosa hipocresía y presuntuosa soberbia; sabe muy bien que cada vez está más sola. Más información en este blog.