Los inspectores del Banco de España llevan años enfrentaos al gobernador del instituto emisor, Jaime Caruana, que abandonará el cargo el próximo mes de julio. Consideran que no ha respetado la independencia de la inspección más famosa del país, que ha introducido la arbitrariedad en la institución y que no respeta la profesión.

Y así, ahora que parece que Miguel Ángel Fernández Ordóñez, MAFO, se va a convertir en su sustituto, los inspectores quieren darle el golpe de gracia.

Así, no se les ha ocurrido otra cosa que irse al Congreso de los diputados y solicitar a distintos grupos políticos un Estatuto de la Inspección Financiera. Dicho Estatuto, según la propuesta tramitada por la Asociación de Inspectores de Entidades de Crédito y ahorro (AIECA), debería figurar como anexo a la Ley 26/88 de Supervisión y Disciplina de Entidades de Crédito (¿No sonaría más eufónico de disciplina y supervisión?). Todo ello para reforzar la independencia de este cuerpo de funcionarios, aunque también están interesados, vaya usted a saber por qué, en el sistema de acceso al cuerpo.

Y lo que son las cosas: donde mejor les han recibido, con los brazos abiertos, ha sido en el Grupo socialista. Recordemos que el vicepresidente Solbes rompió el acuerdo tácito entre las dos fuerzas mayoritarias, según el cual el gobernador lo pone el Gobierno, escuchada la oposición, y el subgobernador debe ser propuesto por la oposición escuchado el Gobierno. En el caso de MAFO el Partido Popular se enteró por la Cadena SER y el PSOE amenaza, además, con nombrar un subgobernador catalán.

Es igual, el cabreo de los inspectores con Caruana es de los que pasan a la historia.