Más que una monarquía renovada se trata de una monarquía remozada, con un rey más mozo que el saliente, quizás porque se trata de padre e hijo. El remozamiento no es más, según la Real Academia, que proporcionar a algo o a alguien un aspecto más lozano, una cuestión de forma.

Y más que un  tiempo nuevo, lo que España atraviesa es un  tiempo tenso. Yo veo pocas novedades en España, salvo su progresiva  descristianización y  guerracivilismo y, por si no había quedado claro,  Artur Mas salió diciendo que no podía aplaudir un discurso donde se seguía hablando de España como una nación, cuando todo el mundo sabe que España es " un Estado plurinacional". ¿Dónde queda la nueva época de la renovada monarquía

El mejor de todos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien entró en trance y con ese gusto plebeyo por la exaltación de lo patricio, aseguró que " nunca jamás, en toda la historia de España" se había dado un relevo en la jefatura del Estado tan sereno y sin altercados.

Mariano, príncipe de las mareas, no te pases. El relevo en la monarquía ha sido, por lo general, pacífico y tranquilo, entre otras cosas porque al rey muerto le suele suceder el rey puesto, que suele ser su hijo y su nominado. Los problemas vienen cuando a la monarquía le sucede la república o a la república la monarquía… o una rama dinástica a otra. Aquí, el único competidor del Rey Felipe era la hipotética reina Elena, su hermana mayor, y ésta jamás ha reclamado la Corona. Lo cual le honra, dicho sea de paso.

Aquí no hay más novedad que la supresión de todo signo religioso en el relevo. Cristo ha sido apartado de la modélica sucesión. Por cierto, al parecer la ausencia de símbolos religiosos es lo que más ha llamado la atención de los británicos, un país donde la Iglesia forma parte del Estado y la Reina es la papisa de la iglesia de Inglaterra. Un Estado que fue pionero en la democracia parlamentaria. Un país menos religioso que España y que, sin embargo, no encuentra el menor problema, no ya en jurar ante el cruficijo o comenzar el reinado con una Eucaristía, sino en que sea el arzobispo de Canterbury quien corone al monarca en una abadía. Al parecer, los ingleses, incluso los agnósticos, consideran conveniente implorar el auxilio divino para el monarca.

El nuevo monarca ha empezado mal el día del Corpus Christi. A lo mejor hay radica la novedad: en que ha empezado mal.

Eulogio López

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