• Su renta real bajó un 0,7% y acumuló una caída cercana al 5% desde 2008.
  • El empleo dejó de caer en el segundo trimestre, pero en el conjunto del año se contrajo un 0,9%.
  • Subieron las remuneraciones de los asalariados ( 0,8%), que representan el 75% de los ingresos de los hogares.
  • Mientras que el 25% restante lo compone el excedente bruto de explotación ( 1,5%). 
  • La deuda de las empresas alcanzó niveles históricos, al situarse en el 99,4%.
  • Las pymes bajaron sus ventas y beneficios y tuvieron más dificultades para acceder a un préstamo bancario, al contrario que las grandes empresas.

Parece ser que la recuperación económica, de la que tanto presume el Gobierno con el triunfalista Mariano Rajoy al mando, no es tan real, o por lo menos los hogares españoles no la aprecian todavía. Y es que en 2013 los hogares perdieron poder adquisitivo por quinto año consecutivo, según refleja La evolución financiera de los hogares y sociedades del área del euro en 2013, recogida en el Boletín económico del Banco de España, correspondiente al mes de mayo.

Este apartado del informe señala que los ingresos de los hogares españoles continuaron siendo débiles, a pesar de la leve mejora de la economía española experimentada en los últimos meses de 2013. Su renta bruta disponible (RBD) creció levemente un 0,7%, tres décimas más que en 2012, pero se quedó a la mitad de la inflación media (1,4%). Esto provocó que su renta real bajara un 0,7%, de manera que acumuló una caída cercana al 5% desde 2008. Aunque hay que destacar que el descenso fue bastante inferior al del año anterior (-2,1%).

La caída del empleo fue la principal responsable de la débil renta de los hogares pues, aunque dejó de caer durante el segundo trimestre, en el conjunto del año se contrajo un 0,9%. A esto se une la moderación salarial que sufrimos. La remuneración de los asalariados, que supone casi el 75% de los ingresos de los hogares, subió sólo un 0,8%, mientras que en 2012 creció un 1,1%. Así se ha situado en su registro más bajo de la década, si obviamos la caída de 2009.

Por el contrario, el excedente bruto de explotación (EBE), que representa cerca del 25% restante de los ingresos de los hogares, tuvo un mejor comportamiento, pues aumentó un 1,5%, 1,3 puntos por encima del dato de 2012. También subió el pago de impuestos. Con este contexto es bastante normal que el consumo se viera afectado, pues creció sólo un 0,6% en términos nominales, mientras que en términos reales cayó un 0,7%. Este hizo que la tasa de ahorro ascendiera una décima, hasta situarse en el 13,1% de la RBD.

La deuda de los hogares sobre el Producto Interior Bruto (PIB) se situó en el 64%, un punto menos que en 2012, y su corrección llevará tiempo. La necesidad de reducir esta deuda, su débil renta, su contenido consumo y su mayor ahorro hicieron que los hogares, de nuevo, disminuyeran su inversión financiera, tal y como sucede desde el comienzo de la crisis. Además hay que señalar que su financiación fue débil, pues los préstamos bancarios sólo crecieron por debajo del 0,5%, sobre todo los destinados a adquirir vivienda, pues su precio se redujo un 2% en la Unión Económica y Monetaria (UEM).

Esto puede empezar a cambiar, pues la banca, por primera vez desde 2010, relajó los criterios para dar préstamos a los hogares para consumo y otros fines en el primer trimestre de este año, según refleja la Encuesta sobre préstamos bancarios. Por ello esperan un aumento de la demanda de fondos por parte de las familias. También se relajaron los criterios de aprobación de préstamos para las pymes y alguna entidad señaló mejoras similares para las grandes empresas.

Las empresas tampoco sienten todavía esta recuperación económica, pues su deuda en 2013 alcanzó niveles históricos, al situarse en el 99,4%, y sólo notan una leve mejora económica que, como siempre, favorece más a las grandes que a las pymes. Estas últimas vieron como sus ventas y beneficios cayeron, un 2% y un 23%, respectivamente, además el 4% tuvieron más dificultades para obtener préstamos bancarios, cuya tasa de rechazo se situó en el 11%. Al contrario que las grandes empresas, que aumentaron sus ventas por primera vez desde 2011 y también sus beneficios por el peso de las exportaciones, mientras su acceso a la financiación mejoró un 5% y la tasa de rechazo fue del 3%.

La institución gobernada por Luis María Linde señala que los indicadores coyunturales apuntan a una prolongación de la fase de recuperación de la actividad, pues nuestra economía creció un 0,4% en el primer trimestre de este año. Además, el mercado laboral continuará la senda positiva, que ha iniciado hace unos meses.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com