Un juez federal ha suspendido el reglamento de farmacia, aprobado hace meses en el estado de Washington, que obligaba a los farmacéuticos a dispensar la píldora del día siguiente, sin que pudieran alegar objeción de conciencia.

Es una medida cautelar tomada hasta que se sentencie el recurso presentado por varios profesionales, y protege tanto a los titulares de las farmacias como a sus empleados.

Los recurrentes alegan que es inconstitucional obligarles a actuar contra sus convicciones morales bajo pena de perder el negocio. El juez ha accedido a la suspensión cautelar que pedían porque, dice, en efecto se dan las dos condiciones exigidas en la ley procesal: el recurso tiene posibilidades de éxito y aplicar el reglamento mientras se examina el caso podría causar daños irreparables a los demandantes. La orden judicial permite a los farmacéuticos negarse a vender la píldora, con una condición: remitir a quien la pida a otra farmacia próxima.

La píldora del día siguiente, también llamada anticoncepción de emergencia, fue aprobada en Estados Unidos en 1998. Desde el año pasado se puede dispensar sin receta a mayores de 18 años.

Juan Pablo II afirma que el uso de anticonceptivos no es una práctica aceptada por la Iglesia Católica bajo ninguna circunstancia. Recientemente ha surgido una nueva ola de pensamiento que apoya los postulados de la Iglesia Católica. Janet E. Smith, Kimberly Hahn y Mary Shivanandan defienden el razonamiento tradicional. Los termómetros digitales y el mayor entendimiento del ciclo menstrual permiten hoy que los métodos naturales sean herramientas que facilitan aplicar el espíritu de la Iglesia.

Clemente Ferrer Roselló

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