Sr. Director:

Las multinacionales del tabaco han obtenido una gran victoria. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha rechazado la apelación presentada por el Gobierno que reclamaba el establecimiento de una multa de 280.000 millones de dólares contra las tabaqueras por décadas de "engaño público por el daño que el tabaco ocasionaba a la salud".

Esta sentencia pone fin a las expectativas del Gobierno estadounidense de utilizar la vía legal contra el crimen organizado, para penalizar a los fabricantes de tabaco.

La decisión del Supremo hizo subir inmediatamente las acciones de las compañías afectadas, algunas muy conocidas –fumen o sólo reciban el humo- como Philip Morris, Reynolds o British American Tobacco.

En Gran Bretaña, pese a la división causada en el seno del Gobierno de Blair, la ley antitabaco debería entrar en vigor a mediados de este año. De ser así, en Inglaterra se fumará en bares que no den de comer; en Escocia, Gales e Irlanda del Norte ni eso. Y como en España, los lugares públicos cerrados y los centros de trabajo serán espacios sin humo.

Otra derrota para los fumadores anónimos, que cada día tienen más severo ese viejo vicio de fumar un pitillo después de comer. Pero tal cosa no les pasa a las estrellas del cine. Al menos, si nos creemos el reciente estudio del Centro para la Educación e Investigación del Control del Tabaco de la Universidad de California. Ha constatado que cada vez aparecen más actores con cigarrillos en el cine, medio que facilita la iniciación al consumo por primera vez, a la mitad de los casi 800.000 nuevos consumidores adolescentes anuales. ¿Cómo evitar que nuestros jóvenes no caigan en el vicio del tabaco si su actor o actriz favoritos fuman?

Clemente Ferrer Roselló

clementeferrer@yahoo.es