• Tras los 23.000 millones -por ahora- que costará sanear Bankia, los intermediarios elevan el análisis de riesgo sobre la banca española: más recibirán ellos.
  • Hasta los mismos especuladores se muestran asombrados: en España, es el que recibe (Goiri) quien decide cuánto hay que aportar al saneamiento de Bankia, no quien lo aporta (el Estado).
  • Y lo más curioso: en ningún momento el Gobierno se ha planteado la única solución justa y posible: devolver al dinero a los depositantes y liquidar Bankia.
  • El ministro De Guindos busca un banco público con todas las entidades nacionalizadas… pero financiado sin incrementar la deuda pública.
  • Y los eurócratas extorsionan a España como hizo con Grecia. Ahora ya tienen otra disculpa: la crisis bancaria.
  • Las técnicas del suicidio nacionalista se imponen en Bruselas: si cae España el euro dejará de tener sentido.

El análisis de riesgo de los grandes fondos internacionales sobre la banca española ha cambiado, Pero no la han cambiado ellos sino José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia (en la imagen) y el ministro Luis de Guindos: ahora exigen a todas las entidades intervenidas y/o nacionalizadas, el mismo trato que para Bankia, la misma aportación de dinero público.

Es más, en los mercados anglosajones no salen de su asombro. España ha seguido la vía anglosajona -tremendamente injusta con la ciudadanía- de capitalizar con dinero público entidades en crisis. Eso sí, con una diferencia: ahora que les imitamos en lo malo, encima les imitamos mal. En España es el que recibe el dinero, José Ignacio Goirigolzarri, quien decide cuánto dinero deben aportar los contribuyentes, en lugar de hacerlo el que le otorga, es decir, el Estado, en ese caso el Ministerio de Economía. Curioso.

Pero si el Gobierno español se ha vuelto loco, allá él. Encima, los eurócratas se ensañan con España. Mario Draghi y Olli Rehn -con su pesadito portavoz Amadeu Altafaj (un hombre que se caracteriza por su desprecio a España), han decidido que no hay dinero en Europa para salvar Bankia y que, encima, el dinero de los españoles para tal salvamento computara como déficit público. No sólo eso, el presidente del Banco Central Europeo, ya ha dicho que no habrá manguerazo, es decir, que España está condenada a pagar su deuda a precios de extorsión, a convertirse en una nueva Grecia.

Una práctica suicida, naturalmente, porque la economía griega representa el 2% de la eurozona, mientras España es más del 16%. Pero es lo mismo, si cae el euro que caiga el nacionalismo suicida que reina en Bruselas. Lo que importa no son los pueblos de los países socios, sino los mercados financieros y el imperio de la eurozona, para ser exactos, Alemania.

Pero lo peor es que España ha imitado mal a las malas prácticas anglosajonas: Ha saneado Bankia con dinero público pero ha sido el saneado quien ha marcado la cifra. Hombre, lo lógico sería que fuera el Estado, que es el pagano, quien decidiera cuánto dinero necesita Bankia.

Y a todo esto, Europa no está dispuesta a apoyar el saneamiento de Bankia y Luis de Guindos, ministro de Economía, en un rizar el rizo, pretende un gran banco público. Es igual, Europa no cede. En un movimiento propio del nacionalismo suicida que impera en Europa, alemanes, eurócratas de Bruselas y BCE han decidido no ayudar a España ni en deuda soberana ni en reforma bancaria. Conclusión: se hundirá toda la eurozona, pues Grecia representa el 2% pero España supera el 16%.

Y a todo esto, a nadie se le ha ocurrido, en mitad del naufragio, la única salida justa y digna: dejar caer Bankia y que el Estado devuelva a los depositantes su dinero.

Y así nos va como nos va.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com