El primero es la inseguridad ciudadana. Argentina es la ley de la selva y a su Gobierno no parece preocuparle mucho, porque que no sufre la violencia de los delincuentes: lo sufre el resto de la sociedad.

El segundo problema de los argentinos está directamente ligado al primero: se llama Cristina Fernández (en la imagen), viuda de Kirchner, también conocida, o al menos lo pretende, como Evita II, ídolo del peronismo.

Es difícil luchar contra un mito como Evita pero algo más simple hacerlo con una persona viva, como doña Cristina. Ya lo decía el gran Borges: "Los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles".

Doña Cristina es incorregible: es una demagoga enorme, una ignorante egregia y una tramposa sin límites. Algunos piensan, además, que su discurso resulta un poco majadero, pero no soy psicólogo.

Lo grave es que una mujer como ésta logre llegar a la Presidencia, y por mayoría absoluta, de un país culto. Es lo que da qué pensar.

Eulogio López

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