Lo dice el columnista David Gistau y yo lo corroboro con entusiasmo. Lo publicamos hoy en nuestro compendio sobre desayunos y tertulias de radio y de TV: "Me asombró mucho lo abiertamente que hablaban diputados del PP de que tal vez sería necesario presentarse a las próximas elecciones con otro candidato; todo el mundo te dice Soraya". Algo que Hispanidad lleva contando, hasta ahora en solitario, desde hace mucho tiempo. 

Sí, ese es el ambiente en el PP. Mariano Rajoy lleva demasiados años sin bajarse del coche oficial y esta salpicado por un montón de escándalos de los que "se enteró por la prensa". Y eso, como dice Esperanza Aguirre, quien también prepara su candidatura a La Moncloa, lo de esperar a que dictaminen los tribunales ya no se lo cree nadie.

Si no hay limitación de mandatos tampoco habrá regeneración democrática

En plata, que no se acabará la corrupción si no se limitan los mandatos de los políticos.

Por decirlo de otro modo. Ahora mismo, Rajoy cuenta (en la imagen junto a Soraya Sáenz de Santamaría) con dos enemigos: Podemos -nuestro Lenin, nuestro Hitler- que ciertamente es un peligro de cáscara dura e interior gelatinoso (muchas protestas, pocas ideas) pero a quien se lo estamos poniendo muy fácil.

Pero el peor enemigo de Rajoy está en el interior del propio PP y del propio Gobierno. Hablo de su segunda, Soraya Sáenz de Santamaría, que quiere ser califa en lugar del califa. Y no, no está dispuesta a pasar por los cuatro años, mínimo, en la oposición, para ganar unas elecciones. Se repite así la pugna entre Felipe González y Alfonso Guerra, dos grandes amigos.

Soraya quiere aprovechar los casos de corrupción -ella es representa a la parte del PP no manchada por la corrupción- para ir de cabeza de lista las elecciones generales de dentro de un año y convertirse en la primera mujer presidenta de la Historia de España. Y no, no está dispuesta a que Rajoy la coloque de cabeza de lista para el Ayuntamiento de Madrid en los comicios municipales de mayo. Figurense si no lo está que la jefa de gabinete de prensa de la la vicepresidenta, María González Pico (no Picó), ha colocado en la edición de ABC del jueves 30 un comentario, bien resaltado, en el que aclara que la pobre Soraya no quiere ser candidata del PP en Cibeles, y que se siente abrumada por la cantidad de informes, todos ellos maliciosos, que llegan a su mesa sobre el particular. Se pregunta el autor -o la autora- quién esta amenazando a la vicepresidenta con el ayuntamiento de Madrid. Pues muy sencillo, lo tiene muy cerca: se llama Mariano Rajoy. 

Sí, Rajoy tiene dos problemas, pero lo más importante es lo otro: sin limitación de mandatos y de permanencia en el poder, sin acabar con los políticos profesionales, tampoco habrá regeneración.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com