Sr. Director:
Otro de entre los muchos gestos de generosidad de la Iglesia, ante la grave crisis económica que sufre el país, que sacerdotes y obispos tienen su sueldo congelado.

Ni los unos y ni los otros tienen sueldos altos, los sacerdotes no llegan a mileuristas y los obispos lo pasan justito, pero saben que la necesidad aprieta y que, aunque sea poco, una pequeña reducción en sus honorarios ayudará a otras personas.

Y como buena familia, numerosa y pobre, en la Iglesia cada euro rinde más. En concreto, cifraban el rendimiento en que cada "euro de la Iglesia rinde como 2,39 euros en su servicio equivalente en el mercado".

Eso sin contar con el valor incalculable de la transmisión de la fe.

Enric Barrull Casals