• Son los socios de Entrecanales que acudieron a la puja, y ahora se ven en un callejón sin salida.
  • Y mientras, queda el cadáver político de Luis Recoder, que se quedó fuera del Gobern tras las últimas elecciones.
  • El caso ATLL ha hecho replantearse los criterios cuantitativos en las concesiones. En otras palabras, cómo evitar las pujas temerarias.

El contencioso que mantienen Acciona y Agbar por Aigües del Ter-Llobregat (ATLL) tiene dos vías para solucionarse. Una, la judicial, que está en marcha y que lo más probable es vaya para largo.

Otra solución: que las partes lleguen a un acuerdo. Y es precisamente esto lo que busca el banco BTG Pactual, el socio de José Manuel Entrecanales (en la imagen), que ha visto cómo podría perder los 150 millones de euros que ya ha desembolsado y, lo que es peor, que se puede ir al traste la concesión aprobada inicialmente. En definitiva, los brasileños se ven en un callejón sin salida.

Mientras tanto, ha quedado el cadáver político de Luis Recoder, el conseller de la concesión. Recoder consideraba que la opción de Agbar era la más adecuada, pero una orden de las más altas instancias de la Generalitat hizo que cambiara su parecer a favor de Acciona. El caso es que el hombre que estaba considerado como uno de los sucesores de Artur Mas, se ha quedado fuera del Gobern, es decir, apartado de la primera línea política.

Otra consecuencia del caso ATLL: el replanteamiento de los criterios cuantitativos en las concesiones o, dicho de otra manera, cómo evitar las pujas temerarias. Es decir, una compañía presenta la mejor oferta, la más barata para los ciudadanos, pero incapaz de cubrir el mantenimiento de las infraestructuras o afrontar nuevas inversiones o, simplemente, no se sostiene en el tiempo (estamos hablando de concesiones a 50 años). Como no puede cubrir todos los gastos, dos o tres años después de la adjudicación, la empresa pide revisar los números de la concesión, que hay que modificar sí o sí.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com