Al final, el G-10 aceptó el plan de Lazard-Rato y Santamaría salvó su asiento. Bono ha quedado muy agradecido

La refinanciación de la deuda -5.000 millones de euros- de la principal inmobiliaria española, Reyal Urbis, tenía como fecha límite el 31 de marzo. La verdad es que ya se había conseguido la firma de los diez mayores acreedores (G-10), un vez vencidas las resistencias del BBVA. Y es que el plan elaborado por Rodrigo Rato, entonces en Lazard, convenció a todos. No sólo eso, consiguió que Rafael Santamaría, principal accionista y gestor mantuviera su cargo a pesar del desastre.

Eso sí, a pesar de que lo miembros del G-10 ya habían firmado se habían quedado presidente la firma de los 50 bancos restantes, y se convino que debería estamparse dichas firmas antes de 31 de marzo.

Pero claro, nadie previó que el 31 la mitad de los responsables de estampar firma estaban ya de vacaciones. Que espere Reyal.

En cualquier caso, nadie pondrá pegas por lo que don José Bono, el político favorito de Rafael Santamaría, estará contento y feliz.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com