El nuevo ministro de Defensa, José Bono, ha retirado con celeridad las tropas españolas de Iraq, pero no desprecia una buena cacería. De hecho, se están haciendo famosas sus amistades cinegéticas, casi todas ellas ligadas, pura casualidad, al sector inmobiliario. Por ejemplo, uno de los clanes más cercanos a Bono es la familia Santamaría, dueños del Grupo Reyal, así como la familia Vargas, dueño de media Talavera (todo queda en Castilla La-Mancha), así como de una importante red de gasolineras.

 

La familia Santamaría es dueña de Rafael Hoteles y se dispone a construir 9.000 viviendas en Guadalajara (más Castilla La-Mancha). Son los mismos amigos de Bono que han pagado 110 millones de euros por el desarrollo urbanístico del Club de Golf de la Moraleja. Ahí se construirán más de un centenar de viviendas de lujo gracias a la licencia otorgada por el alcalde de Alcobendas, el socialista José Caballero. Y este concurso tiene su enjundia, dado que la oferta de la familia Santamaría superó en un 60% al segundo postor.

 

Un detalle. El Ayuntamiento de Alcobendas (una modesta ciudad dormitorio ubicada en las afueras de Madrid) tiene la renta per cápita más grande de España gracias a la urbanización de lujo la Moraleja, que está en su término municipal. Con 95.000 habitantes, Alcobendas cuenta con una policía municipal que utiliza motos BMW 1100 para sus rondas.