Dimite el presidente de Alemania por verse envuelto en casos de corrupción

 

El presidente de Alemania, Christian Wulff  -ostenta un cargo más bien representativo, no confundir con la cancillería alemana, que es el órgano que manda-  ha presentado este viernes su dimisión por haberse visto envuelto en casos de corrupción y tráfico de influencias supuestamente cometidos cuando gobernaba Baja Sajonia. Ayer mismo, la Fiscalía de Hannover solicitó al Parlamento alemán el levantamiento de su inmunidad para que pudiera ser investigado por esos presuntos delitos.

En concreto, según la prensa alemana, se le va a investigar por un préstamo hipotecario que habría recibido en condiciones ventajosas, por supuestas presiones al periódico 'Bild' para que la historia no saliese a la luz y por recibir diversas donaciones y regalos.

Estas han sido sus palabras: "Los acontecimientos de los últimos días y semanas han demostrado que la confianza (del pueblo alemán), y por tanto, mi efectividad, han quedado seriamente dañadas". "Por este motivo, ya no me es posible ejercer el cargo de presidente, en el país y en el extranjero, como es debido".

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, subrayó que "en un estado de derecho, todo el mundo recibe el mismo trato". "Con su dimisión el presidente Wulff deja claro que ha actuado de forma correcta, legal con su cargo y con el servicio a los ciudadanos". Y le ha dado las gracias tanto a Wulff como a su esposa por "hacer que este país tuviera dignidad tanto a nivel nacional como internacional".

Como puede verse, a los alemanes les preocupa mucho la imagen que su país pueda proyectar en el extranjero con casos como este, pues no en vano actualmente es percibido -y lo es en la práctica- como el país que dirige los destinos de la UE. Y claro, un país con casos de corrupción y que luego te exija políticas de ajuste no sería muy congruente y su autoridad se vería seriamente dañada.

No obstante -y no es por recurrir al tópico-, cabe preguntarse si en un caso similar, un político español hubiese presentado su dimisión. ¿O habría esperado a ser condenado?

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com