La caída de las bolsas atempera el síndrome Villalonga. La filial verde de Iberdrola perdía un 43% desde su salida a bolsa

Los analistas lo tienen claro y los inversores reaccionan en consecuencia: la operación de fusión de Iberdrola e Iberdrola Renovables beneficia a esta última y perjudica a la matriz. Así, a media sesión, Iberdrola caía un 1,04% mientras su filial de renovables subía un 7,71%. Por su parte, el efecto de dilución sobre ACS también se manifestaba en una ligera caída del 0,03% en una mañana en la que el Íbex 35 se presentaba prácticamente plano (subiendo un 0,06%). Claro que la dilución es de tan solo un 0,7%, un paso más para incordiar a Florentino, pero no un movimiento definitivo.

Queda claro que la caída de las bolsas ha hecho amainar el síndrome Villalonga, la estrategia de desligar filiales para sacarlas a bolsa con el fin de que las partes valgan más que el todo. Cuando el dinero bullía en los mercados, todo valía, pero en tiempos de crisis los inversores no tragan con cualquier cosa.

Por el momento, los accionistas minoritarios aplauden el retorno a casa de Iberdrola Renovables. Entre otras razones, por la pérdida de valor de la filial verde de Iberdrola desde su salida a bolsa: un 43%.

Está por ver si otras empresas siguen el ejemplo de Iberdrola. Por ejemplo, Enel, que recientemente desgajó su división de renovables para crear Enel Green Power y sacarla a cotizar por libre.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com