Un experto en imagen comentaba en la mañana del miércoles, poco después de conocerse que Madrid no organizaría los Juegos Olímpicos 2012: ¿A quién se le ocurre llevar a Zapatero, que es un gafe radiante?. Por radiante, entendía que irradiaba gafe no a sí mismo, que no deja de ganar elecciones, sino a aquellos que le invitan como apoyo externo. Gallardón, vine a ser la tesis, nunca debió cometer semejante error.

En defensa de su argumento, nuestro hombre argumenta que su apoyo a Jacques Chirac en vísperas del referéndum sobre el Tratado Constitucional terminó en severa derrota, y lo mismo ocurrió cuando acudió a apoyar a Schröder días antes de la cita con las urnas en Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania. Tras casi cuatro décadas de la socialdemocracia germana en el poder, el SPD tuvo que ceder el Gobierno a los democristianos de la CDU, y el canciller se vio obligado a convocar elecciones anticipadas. No lo duden: la solidaridad de Zapatero tiene gafe, un gafe que irradia mala suerte hacia quienes le rodean.

El optimismo reinaba en la Delegación española, presidida por S. M. la Reina doña Sofía y por el presidente del Gobierno. Deportistas de elite y el mayor despliegue informativo que ha realizado ningún país candidato se han estrellado frente a tres preguntas de los jueces: número de plazas hoteleras, el bajo presupuesto presentado y la tercera, la formulada por el Príncipe Alberto de Mónaco, sobre los atentados terroristas ¡Joé con Su Alteza!

Al final, Madrid no podrá organizar unos juegos olímpicos, previsiblemente hasta el 2020. No ha habido tercero en discordia. El enfrentamiento ha sido entre París y Londres y los Juegos se celebrarán en la capital británica, que ya ha sido sede en dos ocasiones.