Largometraje de cine negro, negrísimo, que supone el debut como director de uno de los guionistas en alza en Hollywood: William Monahan, responsable de historias como El reino de los cielos, Infiltrados o Red de mentiras. En este proyecto no ha salido demasiado airoso.

Mitchel sale de la cárcel empeñado en no volver a ella ni a seguir trabajando en los bajos fondos de Londres. Casualmente, entra en contacto con Charlotte, una actriz retirada a la que los paparazzis hacen la vida imposible, lo que le lleva a contratar a Mitchel como una especie de guardaespaldas. Pero uno de los gánster más peligrosos de Londres, Gant, se empeña en fichar al antiguo delincuente para trabajar en sus turbios negocios.

Monahan ha construido esta historia fatalista de forma muy rápida, a golpe y estilo de video clip, pero el desarrollo claustrofóbico no convence. En el mismo hay un exceso de personajes oscuros lo que conlleva a que muchos de ellos estén desdibujados. Lo mismo ocurre con la historia de amor, que está cogida con alfileres y ni aporta nada a la trama ni llega a ningún sitio.

Si a esto añaden violencia y sordidez, el cóctel está completo... para no entrar en la sala de cine.

Para: Los que les gusten las historias violentas, de gánsteres… aunque estén mal resueltas