Dos conocidas actrices, María Schneider y Jane Russell han fallecido recientemente. Sin embargo, la fama y la felicidad no siempre van de la mano.
En una de sus últimas entrevistas, Schneider se quejaba de que su papel en el Ultimo tango en París, la película más escandalosa de su tiempo, la llevó a una crisis personal y a la droga. Mientras Russell, símbolo erótico de una generación, quedó estéril después de abortar a los 18 años. Casada tres veces, adoptó a tres niños, pero en su autobiografía declaraba que su aborto la había llevado al alcoholismo.
Posteriormente recuperó el sentido de la vida al volver a su fe cristiana, apoyando la causa pro-vida y fundando el Grupo cristiano de Hollywood al que acudían a rezar productores, directores y actores. Una vez declaró: No sé cómo la gente puede sobrevivir a todas las catástrofes de la vida sin fe, sin saber que el Señor te ama y se preocupa por ti y tiene un plan para tu vida Soy intolerante con los idiotas que tratan de deshacerse de los Diez Mandamientos, de la Biblia y de la oración en las escuelas.
Cris Téllez
