La educación es una tarea de futuro y para el futuro en la que es imprescindible dejarse guiar por la política de los principios.
Y en este sentido el PP tiene que marcar la diferencia con una época anterior, bastante nefasta desde mi punto de vista. El propio discurso de los populares ha sostenido la necesidad de reformar un sistema fracasado en el plano educativo y la transmisión de nuestra tradición cultural y moral.
También ha defendido el final de los experimentos ideológicos y del adoctrinamiento estatal, así como la libertad efectiva de las familias y de las iniciativas en este campo de los diversos sujetos sociales.
El reto es apasionante y no permite dejarse llevar por la corriente. Es de justicia desear a la nueva Secretaria de Estado el mayor de los aciertos en esta cuestión, que si es clave en términos de competitividad y excelencia profesional, no lo es menos en términos de convivencia civil.
El nuevo Gobierno tiene unos cuantos retos este no es de los menores, parece que ha empezado a poner hilo en la aguja.
Jesús Martínez Madrid
