Las pensiones, según el gobierno socialista de François Hollande (en la imagen). Nada menos que en Francia, siempre tan preocupada por la cuestión social.

Francia es, como España, como toda Europa, un poco menos Estados Unidos, un poco menos Hispanoamérica, mucho menos el Tercer Mundo, una población sin natalidad pero, eso sí, más que los demás, una población envejecida. Si no hay jóvenes no hay manera de pagar las pensiones. Porque la economía siempre es demografía.

Y la solución no está en las pensiones privadas, un verdadero engañabobos financiero, porque lo cierto es que la jubilación no es una cuestión económica, de inversiones acertadas, sino de solidaridad inter-generacional, es decir, una cuestión moral.   

Pues bien, el presidente francés Hollande, tan progresista, sabe que no puede pagar las pensiones futuras de los jubilados franceses, y eso le preocupa. Así que ha decidido, no retrasar la edad de jubilación y reducir las pensiones -la única forma de solucionar el problema en una sociedad envejecida-, sino hacer lo mismo -bajar las pensiones- pero de otra forma: subiendo hasta los 43 años los años necesarios para recibir la pensión completa. Vamos, que dificulta y reduce las pensiones… que es lo que están haciendo todos los líderes políticos europeos aunque lo nieguen con entusiasmo. Una mentira a los ojos de todos.

¿Y saben una cosa Lo peor de todo es que, si no tenemos hijos y cada vez la ciencia, que bueno, no nos alarga la vida sino la vejez, Hollande y el resto de líderes occidentales está en el camino correcto. No es el mejor: es el único posible. La culpa la tenemos todos.

Eulogio López

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