Llamazares apoya a Hugo Chávez: "las empresas españolas tienen que avanzar en responsabilidad social" en Hispanoamérica

En la SER, Gaspar Llamazares, reelegido ayer como candidato de IU a la presidencia del Gobierno, se ha referido a la crisis diplomática con Venezuela y con Nicaragua. A su juicio, tenemos dos problemas que deberíamos abordar. "Por una parte, un problema de relaciones diplomáticas con los gobiernos de América latina. En el periodo de gobierno del PP hubo una participación de nuestro Gobierno en una asonada contra el Gobierno democrático y eso crea heridas no sanadas, y casi en herencia de esa política intervencionista, como si fuéramos hermanos menores del Gobierno de EEUU no ha sido muy afortunada tampoco la participación de nuestra embajada en las últimas elecciones nicaragüenses donde se promovía desde nuestra embajada y desde alguna empresa la unidad de la derecha frente a la amenaza sandinista. Eso crea heridas y dificultades que tenemos que despejar, debemos ser más neutrales y menos intervensionistas desde el punto de vista político. Más respetuosos con los países de América Latina y no dar lugar a una especie de resabio neocolonial que no nos favorece en absoluto".

La otra línea donde tenemos que avanzar, según Llamazares, es "en la responsabilidad social de nuestras empresas en América Latina. Nos queda mucho por hacer, y cualquiera que vaya a Nicaragua en relación a Unión Fenosa o vaya a otro país de América Latina se da cuenta que hay desconfianzas todavía, no por parte de los gobiernos solamente, sino por parte de las poblaciones con respecto a esas empresas que se considera que no reinvierten en mejorar las condiciones de vida de esos países y que se quedan en exceso con los resultados económicos de su actividad empresarial".

Respecto a la acusación de Hugo Chávez sobre Aznar, llamándole fascista porque decía que había intervenido en un golpe de Estado para derrocarle, Llamazares opina que "lo que decía era verdad, la cuestión es saber si la mejor oportunidad era una cumbre y saber si los términos eran los más adecuados, los de fascista al señor Aznar, que ha actuado en el caso del golpe en Venezuela, no como un demócrata, eso es muy claro, otra cosa es que el término más adecuado sea ese. En cuanto a la escalada verbal, debería aplacarse y debería reconducirse la situación. Respecto a las relaciones con América Latina, el PP no puede dar demasiadas lecciones. Nos dejó una herencia muy negativa que todavía no hemos recompuesto".

Sobre la actuación del Rey en la cumbre iberoamericana, Llamazares ha utilizado su demagogia habitual: "Quizá los sectores más conservadores esperen del Rey una actitud autoritaria. Los sectores más democráticos y progresistas, esperan del Rey lo que dice nuestra Constitución, un papel moderador, y en el ámbito internacional, concretamente en América Latina, un papel integrador".

El secretario de comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, en Tele 5, comentaba la conferencia política que celebra el PP este fin de semana: "es el inicio formal de los trabajos de elaboración de nuestro programa". "Se trabaja en un documento que probablemente se aprobará en una semana o diez días que será el eje sobre el que se construirá nuestro programa. Una ocasión para debatir con el partido a nivel regional y local las líneas básicas del programa y para construir una alternativa ilusionante de cara a las elecciones". En este sentido, el documento girará en torno a dos ejes: "uno orientado a la necesidad de recuperar los consensos básicos que nos han traído desde 1978 hasta aquí, y eso afecta a temas constitucionales, territoriales y también a la política exterior y por otro lado, todo el conjunto de políticas de bienestar orientadas a solucionar problemas prácticos de los ciudadanos, el coste de la vida, el precio de las hipotecas, la seguridad ciudadana, el funcionamiento de los servicios públicos".

Respecto a la crisis diplomática con Venezuela y Chávez, Elorriaga, señalaba que "hemos dicho que se debería llamar a consultas a nuestro embajador allí. El no hacerlo y el tomar ese perfil habitualmente inane que es el que toma el Gobierno español, produce ante la comunidad internacional que comience a aparecer España como el agresor y Venezuela como el agredido". "Nuestra falta de reacción y el no tomar iniciativas, la no reacción, es una mala estrategia de política exterior y eso se ve en la crisis de Venezuela y en la multitud de noticias relacionadas con la política exterior que tenemos estos días".

Carlos Herrera, en Onda Cero, ponía el ejemplo de la no elección del general español Félix Sanz Roldán como jefe de la OTAN como síntoma y ejemplo de la mala situación en política exterior de España. "Félix Sanz Roldán, uno de los más capacitados, sobradamente preparados y experimentados militares de toda la OTAN, JEMAD español, candidato a presidir el Consejo militar de la Alianza Atlántica y rechazado para ese cargo porque han elegido a un almirante italiano. No pasaría nada si no fuera porque era una apuesta quizá demasiado arriesgada del Gobierno de Rodríguez Zapatero". "La Alianza, auspiciada por los norteamericanos, no ha considerado oportuno que un militar dependiente de un Gobierno como el de Rodríguez Zapatero la presida. La OTAN ha querido en más de una ocasión que los militares españoles se implicasen en más cargos de responsabilidad. Y el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha dicho que no. ¿Creen ustedes que iban a tener mucho entusiasmo los norteamericanos en apoyar a un general español dependiente de un Gobierno de un señor que no se levantó ante su bandera, que retiró las tropas e Irak como las retiró, que ha querido venderle armas a Chávez, etc?". ¿Valía la pena arriesgar a un soldado, a un profesional de la talla del general Sanz? Posiblemente no, pero el optimismo antropológico llega hasta donde llega, y ojo que Félix Sanz es un general muy querido y respetado en las estructuras militares norteamericanas, y muy comprometido con ellos". ¿Dónde estamos, qué somos, qué pinta España en el mundo? El país al que se le puede arrear con toda tranquilidad y lo de Hugo Chávez es perfectamente ilustrativo".

Fernando Ónega, en Onda Cero, también comentaba la noticia del rechazo a Félix Sanz como Jefe de la OTAN: "¿Se puede obtener de este desenlace la conclusión de debilidad diplomática? Se puede, pero es incompleto. En la elección del Jefe de la OTAN juegan 5 factores: la valía personal y profesional del aspirante, su historial en la Alianza, la tradición de su país, su peso internacional y el trabajo previo de negociación. De estos 5 factores, sólo uno es indiscutible: la valía del general Sanz Roldán, es un militar extraordinario, de lo mejor que existe en los ejércitos occidentales, todo lo demás jugaba en su contra". "Y tengo la impresión de que nos ha fallado EEUU". "Es inevitable que se entienda como un fracaso más".

Carmen Gurruchaga, en Onda Cero, afirmaba saber que "el Gobierno español contaba con unos votos que no tenía, que eran los de EEUU, pero no los tuvo nunca. Y eso hizo creer a Félix Sanz que estaba súper elegido y el primer defraudado fue él mismo. Pero eso es un síntoma del poco peso que tiene España en el concierto internacional, porque recordemos la pasta que se gastó para que Elena Salgado fuera elegida presidenta de la OMC y tampoco saló". Justino Sinova destacaba, también en Onda Cero, que "es incomprensible que el ministro de Exteriores anuncie a bombo y platillo la elección del candidato español cuando es que no ha pasado ni la primera ronda".

En la COPE, Federico Jiménez Losantos, también comentaba: "En lo militar nuestros éxitos son extraordinarios. Está indignado hoy El País. Dice que es increíble. Porque el País compró esa mercancía averiada y anunció que Washington vería con muy buenos ojos la candidatura del general ‘zetapoide'. Claro, como España es un aliado tan fiable, lo lógico es entrar en la OTAN que al 90% son los EEUU". "Otro éxito: cuando no lo civil, lo diplomático, y cuando no, lo militar".

Pedro J. Ramírez destacaba en la COPE la importancia del pulso que estos días mantiene el presidente francés Sarkozy, con los sindicatos franceses: "es muy importante para el futuro de Francia y el de Europa. Se enfrentan la legitimidad de las urnas con la presión de la calle. Durante los últimos años hemos visto cómo los gobernantes franceses anunciaban programas reformistas de mayor o menor calado, todos encaminados a contener el gasto público y a hacer más eficiente la sociedad francesa y a la primera de cambio, en cuanto había dos manifestaciones, claudicaban, que Sarkozy en Estrasburgo reafirmara su compromiso de ir hasta el final aplicando el mandato que ha recibido de los electores fue un mensaje atractivo y estimulante". "Lo que estamos viviendo puede ser un punto de inflexión de una importancia equivalente a lo que ocurrió en Gran Bretaña cuando la señora Thatcher le ganó la batalla a los sindicatos".

También en la COPE, Luis Herrero apostillaba sobre ‘Sarko': "Los que tienen algo más, se notan. Es de lo poquito que huele a liderazgo europeo". En la misma emisora, Javier Rubio destacaba que "casi todos los sindicatos (franceses) son de empresas públicas". "Francia tiene muchísimas más empresas públicas que España en este momento. Es un gesto que le dignifica que un presidente francés afronte esa batalla y que los sindicatos hayan perdido de tal manera su capacidad de convocatoria es un síntoma de que la gran Francia está cayendo pero quizá un poco menos de lo que pensaban los más pesimistas".

José Alejandro Vara, también en la COPE, se refería a la rueda de prensa convocada ayer por la tarde por el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos: "conociendo a Moratinos cabía esperar poca sorpresa, y la persistencia declarativa, como él define, a los insultos y bofetadas que nos está dando el gorila venezolano, no cabía esperar ni dimisiones ni un gesto de firmeza y contundencia". "La convocó para pedir respeto, respeto, respeto, que es lo único que supo decir. Me da la sensación de que es la quintaesencia de lo que es nuestra diplomacia en este momento y es la traslación de ese ‘momentín' que pedía el presidente del Gobierno a Chávez cuando estaba atacando". "Fue un ‘momentín' que evidencia que la diplomacia española está como está, de ahí el caso del general Sanz Roldán, nos han tirado en la primera vuelta y el empeño de Zapatero de apostar por el diálogo con quien te está dando bofetadas, ni momentín ni momentón".