Sr. Director:

Con frecuencia se dice que las candidaturas deberían ser abiertas.

 

De entrada, suena muy bien, pero, en la práctica, tal vez pesarían más los contras que los pros.

Y es que, entre otras cosas, la gran mayoría de los votantes desconoce a los integrantes de las listas, salvo a los dos o tres que las encabezan. La solución habría que buscarla en un sistema mixto como, por ejemplo, que cada votante pudiese tachar dos o tres candidatos de la lista que va a votar.

Este sistema recoge parte de las ventajas del sistema de candidaturas abiertas, y parece más fácil de llevar a la práctica. Sería una forma de ofrecer a los votantes la posibilidad de votar lo que realmente desean. Hay un ejemplo que lo aclara muy bien: como es sabido, hay muchos votantes del PP que no quieren votar a Gallardón, pero sí a casi todos los demás de la lista; pero con el sistema actual no tienen más remedio que votarlo, pues no hay otros partidos de derechas con posibilidad de sacar algún diputado. En este sentido, los votantes del PSOE lo tienen más fácil: si no desean votar a quienes nos han llevado a la ruina, pueden votar a UPyD, sabiendo que su voto va a servir porque este partido sí sacará diputados, y, sobre todo, no pondrá multas a los que rotulen sólo en castellano, como hizo el socialista Montilla, estando otro socialista en La Moncloa.

¡Qué buena ocasión para pasarse de un partido gobernado por inmaduros (parecen delegados prepotentes de instituto), antisistemas, amigos de dictadorzuelos, etc., a otro que parece que está mucho más en la línea de la socialdemocracia europea! ¡Con lo fácil que sería y la satisfacción que produciría a los votantes poder tachar a dos o tres nombres de la lista!

Vicnuel Sánchez González