Si el poeta Walt Witman escribió su célebre poema: "¡Oh Capitán, Mi Capitán!", como un elogioso canto fúnebre dedicado a la figura de Abraham Lincoln, el director Steven Spielberg hace lo mismo a través de su película Lincoln donde realiza una apología sin fisuras de los últimos meses de la vida de este mítico presidente norteamericano y su lucha por la abolición de la esclavitud. Hay que recordar que Lincoln era republicano y eran los demócratas los que se negaban a la abolición de la enmienda que permitía la esclavitud.

¿Qué van a encontrarse si van a contemplar Lincoln En primer lugar, una recreación histórica prodigiosa, una actuación de Daniel Day Lewis insuperable y, por supuesto, una película patriótica donde se recrean tanto los vibrantes debates parlamentarios de esa época como las ingeniosas triquiñuelas utilizadas por los políticos para sacar adelante sus proyectos. A Lincoln se le retrata como un hombre sagaz, dotado de un gran sentido del humor, así como un cariñoso y preocupado padre de familia. A pesar de este acercamiento personal, Spielberg realiza, en esta ocasión, una de sus películas menos emotivas.

Lincoln resulta una cita inexcusable para los amantes de la Historia y la política pero fuera de ellos este drama-thriller político, por su extenso metraje (150 minutos), da la impresión que parece destinado a un público minoritario fuera de las fronteras de EEUU.

Lincoln ha sido nominada a 12 Oscar. El 24 de febrero sabremos cuáles consigue.

Para: Los aficionados a la Historia y a la política