El diario Expansión, prototipo del neoliberalismo español, está feliz con la puesta en marcha de Navantia, nombre horrísono para los nuevos astilleros militares surgidos de las cenizas de IZAR... y me temo que llamado a ser cenizas en un futuro próximo : Las exigencias de la UE a Izar para que devolviera casi 1.200 millones de euros por ayudas de Estado incompatibles con la normativa comunitaria sólo aceleraron la entrada de la compañía en causa de disolución, como consecuencia de un problema estructural de falta de competitividad en el mercado civil. ¡Y olé!

Al parecer, los neoliberales del Grupo Recoletos están tan contentos porque no les gustan las subvenciones públicas (les gustan mucho más las privadas, por ejemplo, cuando Banesto les regala el grupo a los directivos a costa de cargarse al pequeño accionista). Es decir, como Bruselas ha dicho no a 1.200 millones de subvenciones, la única forma de salvar Astilleros, la forma liberal, señorial, consistía en convertirlo en fabricantes de armas, echar a cerca de 4.500 empleados a la calle y pagarles paro y jubilación... con cargo a fondos públicos. Uno todavía no sabe en qué se diferencian las subvenciones públicas del gasto público, pero seguramente Expansión me lo explicará algún día.

Por cierto, los franceses y alemanes, que son igualmente modernos, igualmente neoliberales, pero un poco menos lelos, conceden grandiosas subvenciones a sus empresas, y cuando la Unión Europea protesta, le responden la verdad: que los asiáticos aún subvencionan más a sus astilleros y que la igualdad de oportunidades que predica el liberalismo consiste precisamente en eso, en que todos respeten las reglas del juego. Y que si el contrario no las respeta, lo más liberal es no respetarlas tú tampoco.

Por eso, no se han cerrado France Telecom (que recibió 9.000 millones de euros del Estado francés), ni EDF, ni Gaz de France, ni Bull, ni Alstom, etc. Por eso, también, alemanes y franceses han decidido que no quieren acción de oro para proteger a sus empresas privatizadas: simplemente, no privatizan y en paz.

Por contra, en España no. En España, tanto el PP como el PSOE son muy liberales, al igual que los señores de la prensa. Pero se trata de un liberalismo cainita. Por eso, cuando el PSOE llega al poder, en lugar de defender a Izar ante Bruselas, como hacen la izquierda y la derecha francesas, o la izquierda y la derecha alemanas, el Gobierno Zapatero se pliega a las directrices de los burócratas y manifiesta (Joaquín Almunia, Javier Solana, Pedro Solbes, José Montilla, Martínez Robles) que la culpa de todo la tiene el Gobierno Aznar. Luego coge el dinero de los impuestos, paga las prejubilaciones a precio de oro para no tener líos con los sindicatos, cierra los astilleros y los dedica a aumentar la siempre pujante industria armamentista, previsiblemente a surtir a todo un demócrata como Hugo Chávez. Y Expansión aplaude.

Navantia no es un éxito a un problema: es una aceptación del fracaso antes de aportar alguna solución. Eso sí, un fracaso bien utilizable políticamente. O sea, puro liberalismo.

Eulogio López